Hoy os voy a contar el viaje a Bulgaria que realizamos hace ya algunos años, en el 2009. Fue un viaje muy especial y distinto a los que solemos hacer por nuestra cuenta, éste era un viaje organizado. Bulgaria no era un lugar muy turístico donde la gente solía ir de vacaciones, era un país del este, que aún conservaba muchos rasgos y costumbres típicas del comunismo.
Fue un viaje muy bonito por muchos motivos, uno de ellos y el más importante es que conocimos a gente estupenda en el transcurso del viaje, hicimos amigos que hoy en día seguimos manteniendo.
Bulgaria es un país con unos paisajes espectaculares, geográficamente es muy diversa, podemos encontrarnos desde paisajes montañosos con picos nevados en las montañas de los Balcanes, hasta la costa del Mar Negro cálida y soleada. En cuanto al clima también es variado, tenemos la parte continental en la llanura del Danubio y la parte mediterránea por los Valles de Macedonia.
Al hablar de Bulgaria no debemos olvidar que es el mayor productor mundial de aceite extraído de las rosas, este aceite es exportado y se utiliza en múltiples productos como chocolates, licores, mermeladas y por supuesto perfumes, grandes perfumerías del mundo (Channel, Dior, Kenzo, Paco Raban o Boss) cuentan en sus mezclas con este componente.
Todos los años en Junio hacen "El Festival de la Rosa" y es cuando la recolectan para luego utilizarla para los fines que hemos descrito.
El lugar donde se da principalmente este cultivo de la rosa está cerca de la ciudad de Kazanlak, en el centro de Bulgaria. En época de cosecha más de 2000 personas trabajan recogiendo las rosas, y lo celebran con un colorido festival, que tiene lugar todos los años a principios de Junio y en esos días se concentran muchas actividades para los visitantes, como por ejemplo recoger ellos mismos rosas de los campos próximos a la ciudad o visitar las fábricas caseras de destilación de aceite de rosa, degustar tartas con mermelada de rosas, probar licores y por supuesto visitar el Museo de la Rosa.
Nuestra estancia en Bulgaria, la hicimos en tres sitios diferentes, para poder visitarla en su totalidad, primero fuimos unos días a Varna, lugar turístico en la costa del mar Negro, que se encuentra hacia el este. Luego estuvimos en Ribaritza, un lugar en plena naturaleza y finalmente Sofia, la capital. En base a esos tres sitios, nos fuimos desplazando para hacer el recorrido planeado.
Estuvimos una quincena, nos dio tiempo a todo, eso sí no paramos... e hicimos de todo y muy variado, desde darnos masajes (allí son muy típicos), bañarnos en aguas sulfatadas en piscinas al borde del mar, montar en globo, jugar al paintball..
El primer día llegamos a Sofia, donde hicimos escala y tomamos un vuelo interior hacia Varna, que es la capital del turismo vacacional de la costa del mar Negro de Bulgaria. Varna compite con las grandes ciudades de Sofía y Plovdiv, en su oferta de atracciones culturales y edificios históricos, museos y galerías de arte. Cenamos en el hotel, que nos gustó mucho porque estaba muy bien situado, pegado al mar. Recorrimos la zona para verlo de noche.
Al día siguiente nos levantamos y nos fuimos a visitar el centro de la ciudad, visitamos la "Asunción de la Virgen" que es uno de los iconos de Varna, situada en el centro de la ciudad. Es la segunda en tamaño del país y fue construida en el siglo XIX para conmemorar a los rusos que murieron defendiendo Bulgaria del enemigo otomano. El interior era muy bonito.
Paseamos por sus calles, con esos edificios de colores tan típicos de allí... no hay nada mejor para conocer una ciudad que recorrer sus calles. Visitamos las típicas tiendas de cremas y perfumes de rosas, muchísimas, estaban por todos lados.
Luego bajamos hacia el puerto por un precioso bulevar peatonal, repleto de plantas por todos lados, era muy agradable el paseo. Estaba salpicado de restaurantes, el teatro, la ópera, etc Allí se encuentra la Plaza de la Independencia.
El monumento histórico más importante de Varna son las ruinas de las termas romanas, son las mejor conservadas de la época romana en Bulgria, datadas del siglo II d.C.
A lo largo del paseo marítimo hay un parque de aproximadamente 8 km, dicen que es el más extenso de Europa, a lo largo del parque hay distintas zonas, en algunas hay algunos puestecillos de artesanía como los de la foto de la izquierda (paños de ganchillo, ahora llamado crochet).
A lo largo del parque hay algunas esculturas muy curiosas.
Más adelante encontramos el Museo Nacional Naval, donde hay maquetas con embarcaciones, piezas de artillería y helicópteros.
Comimos por allí, en un lugar muy agradable y rodeados de jardines.
Luego nos fuimos hacia el hotel y el resto del día lo dedicamos a la playa y las piscinas del hotel, una de ellas era de aguas sulfurosas y estaba muy caliente, probamos las dos y al final acabamos en la playa dándonos el último baño.
En la playa había muchas actividades para hacer, como ir en barco y subirte a un paracaídas que controlaban desde el barco, jugar al voleibol, estaba todo muy preparado para el turismo, tanto nacional como de fuera. Y lo bueno era que había para todo tipo de edades, niños, adolescentes y entraditos en años...
Por la noche, después de cenar una vueltecita por los alrededores, que era de lo más agradable, había un gran paseo marítimo con puestecitos de artesanía.
Al día siguiente después del desayuno nos pusimos en marcha hacia Nessebar, la joya de Bulgaria o también llamada la "perla del Mar Negro", declarada Patrimonio de la humanidad por la Unesco desde 1983.
Es una ciudad de singular belleza. Está situada en la costa del Mar Negro. Situada sobre una pequeña península, anteriormente era una isla, que fue unida artificialmente al continente por un istmo de 400 m de longitud. Es una de las ciudades con mayor número de iglesias per-cápita del mundo.
Sus orígenes son griegos, se remontan al siglo VI a.C se fundó con el nombre de Mesembría, como colonia griega sobre un asentamiento anterior tracio, luego pasó a los romanos y posteriormente a los bizantinos, quienes levantaron decenas de iglesias, más tarde pasó a los búlgaros y posteriormente pasaron por allí los otomanos y con ellos llegó la decadencia. Pero resurgió de sus cenizas en los siglos XVIII y XIX, en la época del Renacimiento Búlgaro, gracias al comercio, dado el lugar estratégico que tenía.
El Casco Antiguo es espectacular, tiene un gran patrimonio cultural e histórico que podemos ver en el museo arqueológico y en sus numerosas iglesias como la Iglesia del "Cristo Pantocrátor". Sus iglesias representan los mejores ejemplos de arte tanto búlgaro como bizantino.
Con sus calles empedradas, sus casas de madera, Nessebar tiene un encanto especial. Es un lugar muy especial y de mucho turismo.
Comimos en la terraza de uno de sus restaurantes, hicimos las típicas compras y seguimos visitando la ciudad hasta el atardecer, resultó un día muy agradable, y de allí volvimos a nuestro hotel en Varna.
Nuestro cuarto día iba a tener como protagonista la ciudad de Balchik situada en la costa búlgara del Mar Negro, en el área de la Dobruja al noreste de Bulgaria, famosa por su palacio y su Jardín botánico. Durante la ocupación rumana de esa zona de Bulgaria, el Palacio de Balchik, toda una obra maestra de la arquitectura, fue encargada a dos arquitectos italianos. En su arquitectura se han entrelazado elementos búlgaros antiguos, góticos, orientales y moriscos. Fue la residencia de verano de la reina rumana María de Edimburgo y su familia.
Turistas de todo el mundo han visitado el Palacio y Jardín Botánico de Balchik. Esta ciudad de la zona costera del litoral búlgaro, de casas blancas distribuidas por las colinas que bordean la costa del mar, es por tradición el lugar preferido para el veraneo de turistas extranjeros y nacionales. Y el resto del año también es una zona muy animada gracias a las manifestaciones culturales que se organizan en ella durante todo el año.
El parque donde se encuentra todo esto se llama "Tehna Vuva" y fue diseñado al más puro estilo francés. Hay muchas piedras traídas de Creta, de hecho el parque es una imitación del laberinto de Creta.
Hay además de las piedras de Creta, elementos decorativos como jarrones y elementos importados de Marruecos y otros con rasgos más orientales, además hay más de 3000 especies de plantas exóticas, árboles, flores y una colección única de cactus que hasta sirve de aula educativa de exposición viva de las distintas especies vegetales para los estudiantes de la Universidad de Sofía.
La verdad es que los jardines eran una preciosidad, pasear por aquellos parajes fue de lo más agradable, había zonas que parecían sacadas de películas, los puentes, la noria, era un placer para los sentidos.
Después de esta visita guiada al jardín botánico y al palacio, salimos hacia el puerto deportivo kavarna donde haríamos una excursión en barco con la comida a bordo.
Al día siguiente teníamos libre, sin guía, podíamos decidir lo que hacer, y nos tomamos el día libre en la playa, jugando al voleibol, las chicas montaron en paracaídas tiradas por una lancha en el mar, y otros decidimos darnos uno de esos masajes que te dejan como nuevo...
Por la noche decidimos ir a un restaurante típico búlgaro, y después de la cena hubo espectáculo, con los bailes típicos del país.
La cena fue de lo más original, tomamos entre otras cosas algo que nos llamó la atención porque aquí en España no se come: "Sarmi" que son hojas de parra rellenas de arroz, pasas y nueces, también se puede hacer con carne picada. Y en invierno se envuelve con hojas de col. Suelen hacerlo como cena de Noche buena.
En cuanto a la gastronomía, destaca por excelencia el yogur, seguido de "Tarator" (sopa fría) y si hay algo que no falta nunca en la cocina Búlgara son las ensaladas, se toman a todas horas, te las ponen en la comida, en la cena y si quieres en el desayuno, acompañan a cualquier plato. Al principio estás encantada, porque la verdad es que están muy ricas, pero ya después de quince días la coges un poco de manía, de vuelta a casa estuvimos como diez días sin probar una ensalada.
Al día siguiente después de desayunar fuimos a visitar el delfinario de Varna, , es uno de los sitios más atractivos para los turistas en el litoral búlgaro, es la mayor instalación de esta índole en los Balcanes. Pero sinceramente a nosotros, habiendo visto otros no nos gustó demasiado para las expectativas que teníamos.
Volvimos a comer al hotel y después un baño en la playita, había que aprovechar, que al día siguiente nos íbamos hacia Ribaritza, al interior de Bulgaria y ya no podríamos disfrutar de la costa.
Después del desayuno, nos despedimos de Varna, una pena, lo habíamos pasado muy bien y daba pena marcharse, pero bueno ahora tocaba montaña, íbamos hacia el interior.
Nuestro destino era Ribaritza, y de camino visitaríamos algunas ciudades más como Arbanasi, que fue el lugar donde comimos, una ciudad muy bonita y rodeada de naturaleza por todos lados. Arbanasi es un pueblo de unos 1500 habitantes, está a unos cuatro km de la antigua capital VelikoTurnovo. Fue habitado por comerciantes ricos procedentes de Albania, los cuales estuvieron protegidos por los otomanos, quienes les dejaron alzar iglesias ilustradas en su interior con un valor artístico inimaginable, como la iglesia de la Natividad, con una pintura, que muchos lo consideran lo mejor de Bulgaria.
Arbanasi en albanés significa "hombre de campo" y es que sus habitantes eran cristianos procedentes de Albania, traídos por los otomanos para trabajar estas tierras. Más atarde en el siglo XVI el gran Sultán Suleiman el Magnífico, regaló Arbanasi y alrededores a su yerno, el Visir Rustem Pasha, quien trajo grandes riquezas al pueblo, con una importante actividad comercial, se sabe que mercadearon con Europa, Asia Menor e incuso la India. Gracias a esa bonanza económica se construyeron esas casa tan grandiosas, iglesias y monasterios, no reparaban en gastos. Allí trabajaron los mejores artesanos. Todo esto terminó debido a los ataques por parte de los turcos, por lo que gran parte de la población emigró a otras ciudades como Veliko Turnovo. Por fortuna aun hoy se conserva ese estilo arquitectónico tan particular en las viviendas.
Veliko Tarnovo fue la capital de Bulgaria en época de mayor esplendor del Imperio Búlgaro, en la alta edad Media. Más tarde pasaría a serlo Sofía. Los muros de la Fortaleza de Tsarevets son el reflejo de una época esplendorosa, asomada al río Yantra, en el filo de un precipicio, es una de las vistas más interesantes y recomendables.
Pasear por sus calles es una sensación única, parece de otra época.
Es una ciudad que vive principalmente de la industria textil y del turismo.
Después de hacer algunas visitas obligadas, pasear por sus calles y visitar la Fortaleza histórica de Tzarevetz, nos fuimos hacia nuestro nuevo hotel situado en Ribaritza, entre las montañas, en plena naturaleza. El paisaje era espectacular. Venía muy bien después de los días tan ajetreados entre visitas turísticas y días de playa. Además allí había diversidad de juegos como el paintball.
Al día siguiente después de desayunar, salimos hacia el pueblo típico-folklórico de Oreshak, que pertenece al municipio de Troyan, provincia de Lovech. Sin duda el monumento más importante de la región es el Monasterio de Troyan, a orillas del río Cherni Osam, es uno de los lugares históricos y culturales más importantes de Bulgaria.
El Monasterio de Troyan que oficialmente se llama "El Monasterio de la Asunción de María" es el tercero de tamaño del país, tras el de Bachkovo y el de Rila. El de Troyan a diferencia de estos dos más antiguos, no tiene origen medieval, fue fundado por un monje que venía de la zona que actualmente es Grecia, pero en ese tiempo era territorio de Bulgaria.
Al día siguiente después de desayunar nos marchamos para la capital Sofía, descansamos del viaje, luego comimos en el hotel y después del café nos fuimos a visitar el Museo histórico Nacional, fue muy interesante, está situado a las afueras de la ciudad, a unos 7 km, con sede en el Palacio Boyana contiene más de veintidós mil objetos, los cuales nos van descubriendo su historia a lo largo de los años, hasta 1945. Tiene muchos tesoros, pero los más destacados son el tesoro tracio de Rogozen en plata pura labrada y el tesoro tracio de Panagyurishe, en oro macizo, luego nos podemos encontrar con armaduras medievales, ánfoas griegas y una importante colección de iconos búlgaros.
De ahí nos fuimos a cenar a un lugar inmejorable, un restaurante en el punto más alto de Sofia, desde donde se divisaba una panorámica de Sofía espectacular.
Al día siguiente fuimos a un tour guiado por Sofía, muy interesante. Visitamos lugares como el edificio St. George Rotunda, la Iglesia Rusa, la Catedral Alexander Nevski etc.
[Sófia] como la llaman ellos, con la tónica sobre la "o" y no sobe la "i" como decimos nosotros, es una ciudad muy peculiar, con sus calles empedradas, sus viejos tranvías, tiene ese sabor a un tiempo pasado no tan lejano al comunismo. En sus calles se custodian joyas bizantinas u otomanas. Los curiosos sacerdotes ortodoxos en esas iglesias tan peculiares llenas de velas que se encienden y se apagan a todas horas...
todo esto contrasta a veces con elementos más modernos, se va notando cierta apertura a la Europa más actual.
Pasear por sus calles es muy curioso para los turistas, pues hay grandes contrastes entre los lugares muy modernos y actuales como algunos "Pub" a la última y los antiguos bloques de pisos soviéticos, donde los Porsches adelantan a los viejos tranvías y a los antiguos autobuses.
También llaman la atención los carteles en alfabeto cirílico, muy distinto al nuestro, pero precisamente para facilitar a los turistas también en algunos lugares usan debajo el alfabeto latino, como en las estaciones de metro, que por cierto solo existe una línea, en constante crecimiento, cada cierto tiempo se añade una estación.
Una de las paradas más interesantes fue en el mercadillo de la Plaza de Alexander Nevsky, es un enorme mercado de artesanía con artículos muy interesantes, incluyendo antigüedades de la era comunista, juguetes hechos a mano, bordados, tallas de madera etc. Fue muy divertido, porque ya nos advirtió el guía que aquí nadie compra sin regatear y hubo dos obstáculos, uno el idioma y dos la forma que tienen de afirmar y negar que es contraria a la nuestra. Ellos cuando quieren decir "no" asienten con la cabeza de arriba abajo, como aquí decimos sí. Y cuando quieren decir "Sí" mueven la cabeza horizontalmente de izquierda a derecha como si quisieran decir no. Al principio cuesta, pero al final acabas acostumbrándote.
Al día siguiente fuimos al Monasterio de Rila, Patrimonio de la Humanidad, está situado en las Montañas de Rila, en la parte occidental de Bulgaria, como a 120 km aproximadamente de Sofía.
Este Monasterio fue fundado en el siglo X por un cortesano búlgaro llamado Ivan Rilski, un ermitaño canonizado por la Iglesia Ortodoxa.
Este ermitaño se retiró a las montañas de la cordillera de Rila, y se cuenta que vivió en el hueco de un árbol tallado en forma de ataúd.
Al final de su vida fundó el monasterio para albergar a todos los monjes ermitaños que después le siguieron. Su tumba se convirtió en un sitio sagrado y el Monasterio cada vez se iba transformando en un complejo mayor. Desempeñó un papel importante en la vida espiritual y social de la Bulgaria medieval. A principios del siglo XIX fue destruido parcialmente por un incendio y fue reconstruido. El monumento es todo un ejemplo de la "Resistencia Búlgara" (siglo XVIII al XIX) y simboliza el sentimiento de identidad cultural eslava, después de siglos de ocupación por el Imperio Otomano.
En el Monasterio las pinturas bizantinas están muy bien retauradas, los techos y bóvedas contienen imágenes bíblicas, están muy bien conservadas.
Al día siguiente, después de desayunar nos pusimos en marcha para visitar la ciudad de Koprivshtitza, y visitar las bodegas de vino "Starosel", que por cierto nos gustaron mucho, nos ofrecieron una degustación de distintos vinos de la tierra.
Koprívshtitza es una pintoresca villa serrana, situada entre montañas en el centro de Bulgaria. Es una villa museo de muchos contrastes por un lado está lleno de casas de la época del Renacimiento Nacional (s. XVIII y XIX) cuyos habitantes luchaban por la liberación de Bulgaria del dominio otomano.
Por otro lado parece que viajamos atrás en el tiempo, con carromatos antiguos y aperos agrícolas de otro tiempo paseando por sus calles empedradas.
La verdad es que esta ciudad está llena de contrastes porque por un lado está lleno de monumentos arquitectónicos de la época, 383 en total, la mayoría de los cuales han sido restaurados en su apariencia original. También se conservan colecciones de tesoros etnográficos, armas antiguas, obras del Renacimiento Nacional, trajes típicos y joyería búlgara.
En Koprivshitsa desde 1965 se celebra el Festival Nacional de Folclore búlgaro cada cinco años, reúne músicos, artistas y artesanos de toda Bulgaria.
La Casa del revolucionario búlgaro Tódor Kábleshkov (imagen derecha) es una de las casas más bonitas de Koprivshitza típica del Renacimiento búlgaro.
Este señor, fue el primero en dedicarse a traducir al búlgaro la novela "El Conde de Montecristo" de Alejandro Dumas, aunque quedó inconclusa por los acontecimientos acaecidos durante la lucha por la liberación. Este señor estudió en el liceo francés de Estambul tres idiomas, turco, francés y griego. Cuando le capturaron y le preguntaron por qué luchaba contra los otomanos, su respuesta fue "No puedo ver a mi pueblo sufrir, todas la naciones vecinas consiguieron su libertad, solo nosotros seguimos siendo esclavos" por su sinceridad ordenaron no encarcelarlo, simplemente meterlo en una habitación vigilado por unos policías turcos, pero consiguió quitarle al policía la pistola y puso fin a su vida. Tenía apenas 25 años.
Al día siguiente teníamos una excursión a Plovdiv, una visita guiada a la ciudad y tiempo libre para compras. Por último comeríamos en un restaurante tradicional.
Uno de los motivos por los que Plovdiv puede presumir ante Europa es por ser la ciudad habitada más antigua el Viejo Continente y una de las más antiguas del planeta. Hay evidencias históricas de haber estado habitado desde el año 6000 a.C. Aunque en la lucha por este título compiten también ciudades como Alepo y Damasco en Siria, Jericó en Cisjordania o Biblos y Beirut en Líbano, entre otras.
Plovdiv fue una e las grandes urbes del imperio romano de Oriente, con un importante legado romano, como el antiguo anfiteatro (foto superior) construido en el siglo II d.C. por el emperador Trajano. Se situa en la parte vieja de la ciudad y cada año en verano se utiliza para conciertos y representaciones teatrales por su excelente acústica y su singular emplazamiento, ya restaurado es el mejor conservado de los Balcanes.
Como la ciudad de Roma, Plovdiv se asentó sobre siete colinas de las cuales hoy sólo quedan seis, ya que una de ellas tuvo que allanarse para poder poner adoquines a sus calles peatonales, que forman el eje comercial de a ciudad. Es una ciudad para recorrer a pie, tiene un tamaño medio que permite perfectamente hacerlo.
De Plovdiv volvimos a Sofía, tuvimos unos días más por delante antes de volver a Madrid, días libres y sin guía, para movernos libremente por Sofía. Como dije al principio, un viaje inolvidable.
Fue un viaje muy bonito por muchos motivos, uno de ellos y el más importante es que conocimos a gente estupenda en el transcurso del viaje, hicimos amigos que hoy en día seguimos manteniendo.
Bulgaria es un país con unos paisajes espectaculares, geográficamente es muy diversa, podemos encontrarnos desde paisajes montañosos con picos nevados en las montañas de los Balcanes, hasta la costa del Mar Negro cálida y soleada. En cuanto al clima también es variado, tenemos la parte continental en la llanura del Danubio y la parte mediterránea por los Valles de Macedonia.
Al hablar de Bulgaria no debemos olvidar que es el mayor productor mundial de aceite extraído de las rosas, este aceite es exportado y se utiliza en múltiples productos como chocolates, licores, mermeladas y por supuesto perfumes, grandes perfumerías del mundo (Channel, Dior, Kenzo, Paco Raban o Boss) cuentan en sus mezclas con este componente.
Todos los años en Junio hacen "El Festival de la Rosa" y es cuando la recolectan para luego utilizarla para los fines que hemos descrito.
El lugar donde se da principalmente este cultivo de la rosa está cerca de la ciudad de Kazanlak, en el centro de Bulgaria. En época de cosecha más de 2000 personas trabajan recogiendo las rosas, y lo celebran con un colorido festival, que tiene lugar todos los años a principios de Junio y en esos días se concentran muchas actividades para los visitantes, como por ejemplo recoger ellos mismos rosas de los campos próximos a la ciudad o visitar las fábricas caseras de destilación de aceite de rosa, degustar tartas con mermelada de rosas, probar licores y por supuesto visitar el Museo de la Rosa.
Nuestra estancia en Bulgaria, la hicimos en tres sitios diferentes, para poder visitarla en su totalidad, primero fuimos unos días a Varna, lugar turístico en la costa del mar Negro, que se encuentra hacia el este. Luego estuvimos en Ribaritza, un lugar en plena naturaleza y finalmente Sofia, la capital. En base a esos tres sitios, nos fuimos desplazando para hacer el recorrido planeado.
Estuvimos una quincena, nos dio tiempo a todo, eso sí no paramos... e hicimos de todo y muy variado, desde darnos masajes (allí son muy típicos), bañarnos en aguas sulfatadas en piscinas al borde del mar, montar en globo, jugar al paintball..
El primer día llegamos a Sofia, donde hicimos escala y tomamos un vuelo interior hacia Varna, que es la capital del turismo vacacional de la costa del mar Negro de Bulgaria. Varna compite con las grandes ciudades de Sofía y Plovdiv, en su oferta de atracciones culturales y edificios históricos, museos y galerías de arte. Cenamos en el hotel, que nos gustó mucho porque estaba muy bien situado, pegado al mar. Recorrimos la zona para verlo de noche.
Al día siguiente nos levantamos y nos fuimos a visitar el centro de la ciudad, visitamos la "Asunción de la Virgen" que es uno de los iconos de Varna, situada en el centro de la ciudad. Es la segunda en tamaño del país y fue construida en el siglo XIX para conmemorar a los rusos que murieron defendiendo Bulgaria del enemigo otomano. El interior era muy bonito.
Paseamos por sus calles, con esos edificios de colores tan típicos de allí... no hay nada mejor para conocer una ciudad que recorrer sus calles. Visitamos las típicas tiendas de cremas y perfumes de rosas, muchísimas, estaban por todos lados.
Luego bajamos hacia el puerto por un precioso bulevar peatonal, repleto de plantas por todos lados, era muy agradable el paseo. Estaba salpicado de restaurantes, el teatro, la ópera, etc Allí se encuentra la Plaza de la Independencia.
El monumento histórico más importante de Varna son las ruinas de las termas romanas, son las mejor conservadas de la época romana en Bulgria, datadas del siglo II d.C.
A lo largo del paseo marítimo hay un parque de aproximadamente 8 km, dicen que es el más extenso de Europa, a lo largo del parque hay distintas zonas, en algunas hay algunos puestecillos de artesanía como los de la foto de la izquierda (paños de ganchillo, ahora llamado crochet).
A lo largo del parque hay algunas esculturas muy curiosas.
Más adelante encontramos el Museo Nacional Naval, donde hay maquetas con embarcaciones, piezas de artillería y helicópteros.
Comimos por allí, en un lugar muy agradable y rodeados de jardines.
Luego nos fuimos hacia el hotel y el resto del día lo dedicamos a la playa y las piscinas del hotel, una de ellas era de aguas sulfurosas y estaba muy caliente, probamos las dos y al final acabamos en la playa dándonos el último baño.
En la playa había muchas actividades para hacer, como ir en barco y subirte a un paracaídas que controlaban desde el barco, jugar al voleibol, estaba todo muy preparado para el turismo, tanto nacional como de fuera. Y lo bueno era que había para todo tipo de edades, niños, adolescentes y entraditos en años...
Por la noche, después de cenar una vueltecita por los alrededores, que era de lo más agradable, había un gran paseo marítimo con puestecitos de artesanía.
Al día siguiente después del desayuno nos pusimos en marcha hacia Nessebar, la joya de Bulgaria o también llamada la "perla del Mar Negro", declarada Patrimonio de la humanidad por la Unesco desde 1983.
Es una ciudad de singular belleza. Está situada en la costa del Mar Negro. Situada sobre una pequeña península, anteriormente era una isla, que fue unida artificialmente al continente por un istmo de 400 m de longitud. Es una de las ciudades con mayor número de iglesias per-cápita del mundo.
Sus orígenes son griegos, se remontan al siglo VI a.C se fundó con el nombre de Mesembría, como colonia griega sobre un asentamiento anterior tracio, luego pasó a los romanos y posteriormente a los bizantinos, quienes levantaron decenas de iglesias, más tarde pasó a los búlgaros y posteriormente pasaron por allí los otomanos y con ellos llegó la decadencia. Pero resurgió de sus cenizas en los siglos XVIII y XIX, en la época del Renacimiento Búlgaro, gracias al comercio, dado el lugar estratégico que tenía.
El Casco Antiguo es espectacular, tiene un gran patrimonio cultural e histórico que podemos ver en el museo arqueológico y en sus numerosas iglesias como la Iglesia del "Cristo Pantocrátor". Sus iglesias representan los mejores ejemplos de arte tanto búlgaro como bizantino.
Con sus calles empedradas, sus casas de madera, Nessebar tiene un encanto especial. Es un lugar muy especial y de mucho turismo.
Comimos en la terraza de uno de sus restaurantes, hicimos las típicas compras y seguimos visitando la ciudad hasta el atardecer, resultó un día muy agradable, y de allí volvimos a nuestro hotel en Varna.
Nuestro cuarto día iba a tener como protagonista la ciudad de Balchik situada en la costa búlgara del Mar Negro, en el área de la Dobruja al noreste de Bulgaria, famosa por su palacio y su Jardín botánico. Durante la ocupación rumana de esa zona de Bulgaria, el Palacio de Balchik, toda una obra maestra de la arquitectura, fue encargada a dos arquitectos italianos. En su arquitectura se han entrelazado elementos búlgaros antiguos, góticos, orientales y moriscos. Fue la residencia de verano de la reina rumana María de Edimburgo y su familia.
Turistas de todo el mundo han visitado el Palacio y Jardín Botánico de Balchik. Esta ciudad de la zona costera del litoral búlgaro, de casas blancas distribuidas por las colinas que bordean la costa del mar, es por tradición el lugar preferido para el veraneo de turistas extranjeros y nacionales. Y el resto del año también es una zona muy animada gracias a las manifestaciones culturales que se organizan en ella durante todo el año.
El parque donde se encuentra todo esto se llama "Tehna Vuva" y fue diseñado al más puro estilo francés. Hay muchas piedras traídas de Creta, de hecho el parque es una imitación del laberinto de Creta.
La verdad es que los jardines eran una preciosidad, pasear por aquellos parajes fue de lo más agradable, había zonas que parecían sacadas de películas, los puentes, la noria, era un placer para los sentidos.
Después de esta visita guiada al jardín botánico y al palacio, salimos hacia el puerto deportivo kavarna donde haríamos una excursión en barco con la comida a bordo.
Al día siguiente teníamos libre, sin guía, podíamos decidir lo que hacer, y nos tomamos el día libre en la playa, jugando al voleibol, las chicas montaron en paracaídas tiradas por una lancha en el mar, y otros decidimos darnos uno de esos masajes que te dejan como nuevo...
Por la noche decidimos ir a un restaurante típico búlgaro, y después de la cena hubo espectáculo, con los bailes típicos del país.
La cena fue de lo más original, tomamos entre otras cosas algo que nos llamó la atención porque aquí en España no se come: "Sarmi" que son hojas de parra rellenas de arroz, pasas y nueces, también se puede hacer con carne picada. Y en invierno se envuelve con hojas de col. Suelen hacerlo como cena de Noche buena.
En cuanto a la gastronomía, destaca por excelencia el yogur, seguido de "Tarator" (sopa fría) y si hay algo que no falta nunca en la cocina Búlgara son las ensaladas, se toman a todas horas, te las ponen en la comida, en la cena y si quieres en el desayuno, acompañan a cualquier plato. Al principio estás encantada, porque la verdad es que están muy ricas, pero ya después de quince días la coges un poco de manía, de vuelta a casa estuvimos como diez días sin probar una ensalada.
Al día siguiente después de desayunar fuimos a visitar el delfinario de Varna, , es uno de los sitios más atractivos para los turistas en el litoral búlgaro, es la mayor instalación de esta índole en los Balcanes. Pero sinceramente a nosotros, habiendo visto otros no nos gustó demasiado para las expectativas que teníamos.
Volvimos a comer al hotel y después un baño en la playita, había que aprovechar, que al día siguiente nos íbamos hacia Ribaritza, al interior de Bulgaria y ya no podríamos disfrutar de la costa.
Después del desayuno, nos despedimos de Varna, una pena, lo habíamos pasado muy bien y daba pena marcharse, pero bueno ahora tocaba montaña, íbamos hacia el interior.
Nuestro destino era Ribaritza, y de camino visitaríamos algunas ciudades más como Arbanasi, que fue el lugar donde comimos, una ciudad muy bonita y rodeada de naturaleza por todos lados. Arbanasi es un pueblo de unos 1500 habitantes, está a unos cuatro km de la antigua capital VelikoTurnovo. Fue habitado por comerciantes ricos procedentes de Albania, los cuales estuvieron protegidos por los otomanos, quienes les dejaron alzar iglesias ilustradas en su interior con un valor artístico inimaginable, como la iglesia de la Natividad, con una pintura, que muchos lo consideran lo mejor de Bulgaria.
Arbanasi en albanés significa "hombre de campo" y es que sus habitantes eran cristianos procedentes de Albania, traídos por los otomanos para trabajar estas tierras. Más atarde en el siglo XVI el gran Sultán Suleiman el Magnífico, regaló Arbanasi y alrededores a su yerno, el Visir Rustem Pasha, quien trajo grandes riquezas al pueblo, con una importante actividad comercial, se sabe que mercadearon con Europa, Asia Menor e incuso la India. Gracias a esa bonanza económica se construyeron esas casa tan grandiosas, iglesias y monasterios, no reparaban en gastos. Allí trabajaron los mejores artesanos. Todo esto terminó debido a los ataques por parte de los turcos, por lo que gran parte de la población emigró a otras ciudades como Veliko Turnovo. Por fortuna aun hoy se conserva ese estilo arquitectónico tan particular en las viviendas.
Veliko Tarnovo fue la capital de Bulgaria en época de mayor esplendor del Imperio Búlgaro, en la alta edad Media. Más tarde pasaría a serlo Sofía. Los muros de la Fortaleza de Tsarevets son el reflejo de una época esplendorosa, asomada al río Yantra, en el filo de un precipicio, es una de las vistas más interesantes y recomendables.
Pasear por sus calles es una sensación única, parece de otra época.
Es una ciudad que vive principalmente de la industria textil y del turismo.
Después de hacer algunas visitas obligadas, pasear por sus calles y visitar la Fortaleza histórica de Tzarevetz, nos fuimos hacia nuestro nuevo hotel situado en Ribaritza, entre las montañas, en plena naturaleza. El paisaje era espectacular. Venía muy bien después de los días tan ajetreados entre visitas turísticas y días de playa. Además allí había diversidad de juegos como el paintball.
Al día siguiente después de desayunar, salimos hacia el pueblo típico-folklórico de Oreshak, que pertenece al municipio de Troyan, provincia de Lovech. Sin duda el monumento más importante de la región es el Monasterio de Troyan, a orillas del río Cherni Osam, es uno de los lugares históricos y culturales más importantes de Bulgaria.
El Monasterio de Troyan que oficialmente se llama "El Monasterio de la Asunción de María" es el tercero de tamaño del país, tras el de Bachkovo y el de Rila. El de Troyan a diferencia de estos dos más antiguos, no tiene origen medieval, fue fundado por un monje que venía de la zona que actualmente es Grecia, pero en ese tiempo era territorio de Bulgaria.
Al día siguiente después de desayunar nos marchamos para la capital Sofía, descansamos del viaje, luego comimos en el hotel y después del café nos fuimos a visitar el Museo histórico Nacional, fue muy interesante, está situado a las afueras de la ciudad, a unos 7 km, con sede en el Palacio Boyana contiene más de veintidós mil objetos, los cuales nos van descubriendo su historia a lo largo de los años, hasta 1945. Tiene muchos tesoros, pero los más destacados son el tesoro tracio de Rogozen en plata pura labrada y el tesoro tracio de Panagyurishe, en oro macizo, luego nos podemos encontrar con armaduras medievales, ánfoas griegas y una importante colección de iconos búlgaros.
De ahí nos fuimos a cenar a un lugar inmejorable, un restaurante en el punto más alto de Sofia, desde donde se divisaba una panorámica de Sofía espectacular.
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Catedral de Alexander Nevski |
[Sófia] como la llaman ellos, con la tónica sobre la "o" y no sobe la "i" como decimos nosotros, es una ciudad muy peculiar, con sus calles empedradas, sus viejos tranvías, tiene ese sabor a un tiempo pasado no tan lejano al comunismo. En sus calles se custodian joyas bizantinas u otomanas. Los curiosos sacerdotes ortodoxos en esas iglesias tan peculiares llenas de velas que se encienden y se apagan a todas horas...
todo esto contrasta a veces con elementos más modernos, se va notando cierta apertura a la Europa más actual.
Iglesia Rusa |
Pasear por sus calles es muy curioso para los turistas, pues hay grandes contrastes entre los lugares muy modernos y actuales como algunos "Pub" a la última y los antiguos bloques de pisos soviéticos, donde los Porsches adelantan a los viejos tranvías y a los antiguos autobuses.
También llaman la atención los carteles en alfabeto cirílico, muy distinto al nuestro, pero precisamente para facilitar a los turistas también en algunos lugares usan debajo el alfabeto latino, como en las estaciones de metro, que por cierto solo existe una línea, en constante crecimiento, cada cierto tiempo se añade una estación.
Una de las paradas más interesantes fue en el mercadillo de la Plaza de Alexander Nevsky, es un enorme mercado de artesanía con artículos muy interesantes, incluyendo antigüedades de la era comunista, juguetes hechos a mano, bordados, tallas de madera etc. Fue muy divertido, porque ya nos advirtió el guía que aquí nadie compra sin regatear y hubo dos obstáculos, uno el idioma y dos la forma que tienen de afirmar y negar que es contraria a la nuestra. Ellos cuando quieren decir "no" asienten con la cabeza de arriba abajo, como aquí decimos sí. Y cuando quieren decir "Sí" mueven la cabeza horizontalmente de izquierda a derecha como si quisieran decir no. Al principio cuesta, pero al final acabas acostumbrándote.
Al día siguiente fuimos al Monasterio de Rila, Patrimonio de la Humanidad, está situado en las Montañas de Rila, en la parte occidental de Bulgaria, como a 120 km aproximadamente de Sofía.
Este Monasterio fue fundado en el siglo X por un cortesano búlgaro llamado Ivan Rilski, un ermitaño canonizado por la Iglesia Ortodoxa.
Este ermitaño se retiró a las montañas de la cordillera de Rila, y se cuenta que vivió en el hueco de un árbol tallado en forma de ataúd.
Al final de su vida fundó el monasterio para albergar a todos los monjes ermitaños que después le siguieron. Su tumba se convirtió en un sitio sagrado y el Monasterio cada vez se iba transformando en un complejo mayor. Desempeñó un papel importante en la vida espiritual y social de la Bulgaria medieval. A principios del siglo XIX fue destruido parcialmente por un incendio y fue reconstruido. El monumento es todo un ejemplo de la "Resistencia Búlgara" (siglo XVIII al XIX) y simboliza el sentimiento de identidad cultural eslava, después de siglos de ocupación por el Imperio Otomano.
En el Monasterio las pinturas bizantinas están muy bien retauradas, los techos y bóvedas contienen imágenes bíblicas, están muy bien conservadas.
Al día siguiente, después de desayunar nos pusimos en marcha para visitar la ciudad de Koprivshtitza, y visitar las bodegas de vino "Starosel", que por cierto nos gustaron mucho, nos ofrecieron una degustación de distintos vinos de la tierra.
Koprívshtitza es una pintoresca villa serrana, situada entre montañas en el centro de Bulgaria. Es una villa museo de muchos contrastes por un lado está lleno de casas de la época del Renacimiento Nacional (s. XVIII y XIX) cuyos habitantes luchaban por la liberación de Bulgaria del dominio otomano.
Por otro lado parece que viajamos atrás en el tiempo, con carromatos antiguos y aperos agrícolas de otro tiempo paseando por sus calles empedradas.
La verdad es que esta ciudad está llena de contrastes porque por un lado está lleno de monumentos arquitectónicos de la época, 383 en total, la mayoría de los cuales han sido restaurados en su apariencia original. También se conservan colecciones de tesoros etnográficos, armas antiguas, obras del Renacimiento Nacional, trajes típicos y joyería búlgara.
En Koprivshitsa desde 1965 se celebra el Festival Nacional de Folclore búlgaro cada cinco años, reúne músicos, artistas y artesanos de toda Bulgaria.
La Casa del revolucionario búlgaro Tódor Kábleshkov (imagen derecha) es una de las casas más bonitas de Koprivshitza típica del Renacimiento búlgaro.
Este señor, fue el primero en dedicarse a traducir al búlgaro la novela "El Conde de Montecristo" de Alejandro Dumas, aunque quedó inconclusa por los acontecimientos acaecidos durante la lucha por la liberación. Este señor estudió en el liceo francés de Estambul tres idiomas, turco, francés y griego. Cuando le capturaron y le preguntaron por qué luchaba contra los otomanos, su respuesta fue "No puedo ver a mi pueblo sufrir, todas la naciones vecinas consiguieron su libertad, solo nosotros seguimos siendo esclavos" por su sinceridad ordenaron no encarcelarlo, simplemente meterlo en una habitación vigilado por unos policías turcos, pero consiguió quitarle al policía la pistola y puso fin a su vida. Tenía apenas 25 años.
Al día siguiente teníamos una excursión a Plovdiv, una visita guiada a la ciudad y tiempo libre para compras. Por último comeríamos en un restaurante tradicional.
Uno de los motivos por los que Plovdiv puede presumir ante Europa es por ser la ciudad habitada más antigua el Viejo Continente y una de las más antiguas del planeta. Hay evidencias históricas de haber estado habitado desde el año 6000 a.C. Aunque en la lucha por este título compiten también ciudades como Alepo y Damasco en Siria, Jericó en Cisjordania o Biblos y Beirut en Líbano, entre otras.
Plovdiv fue una e las grandes urbes del imperio romano de Oriente, con un importante legado romano, como el antiguo anfiteatro (foto superior) construido en el siglo II d.C. por el emperador Trajano. Se situa en la parte vieja de la ciudad y cada año en verano se utiliza para conciertos y representaciones teatrales por su excelente acústica y su singular emplazamiento, ya restaurado es el mejor conservado de los Balcanes.
Como la ciudad de Roma, Plovdiv se asentó sobre siete colinas de las cuales hoy sólo quedan seis, ya que una de ellas tuvo que allanarse para poder poner adoquines a sus calles peatonales, que forman el eje comercial de a ciudad. Es una ciudad para recorrer a pie, tiene un tamaño medio que permite perfectamente hacerlo.
De Plovdiv volvimos a Sofía, tuvimos unos días más por delante antes de volver a Madrid, días libres y sin guía, para movernos libremente por Sofía. Como dije al principio, un viaje inolvidable.
Mamen, tú no te has planteado montar una agencia de viajes? Tendrías el éxito asegurado: Bagaje en turismo, capacidad transmisora, además de contar con uno de los más importante activos que en ti se aprecia: sinceridad. Me ha gustado y a la vez sorprendido conocer lo bonito y peculiar que es este país, y todo de primera mano.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, pero hay muchas personas aficionadas como yo y con infinitas cualidades para poder hacerlo. Eso sí, en lo único que no me superan es en el entusiasmo. ✈️
EliminarSeguramente las habrá, no digo que no; pero como bien dices, con tu disposición y entrega es difícil.
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