viernes, 15 de diciembre de 2017

Butaca clásica

Hoy os voy a enseñar cómo me quedaron unas butacas (dos iguales) que quería renovar cambiándoles el tapizado. La  madera estaba bien, pero la tapicería, aunque era bonita, me apetecía renovarla. Quedaron como nuevas.
Os diré que es la primera vez que lo hacía y no me resultó difícil, os animo a hacerlo si tenéis alguna butaca que renovar.
Lo primero es buscar las telas que más os gusten, dependiendo del lugar donde vayáis a ponerlas.



A la butaca, aunque sea clásica, le podéis dar un toque moderno con la tela y podéis meterle un color fuerte, como fucsia, mostaza etc y luego en cuanto a texturas podéis hacer lo mismo, le metéis un terciopelo u otra tela que vaya con el estilo del lugar donde la vais a situar. No importa mucho que la casa tenga un corte clásico, podéis romper un poco esto y darle un toque moderno, hoy en día se llevan mucho distintos ambientes en un mismo entorno. Eso sí, hacedlo con gusto y si no estáis muy seguros o no os convence, pedid consejo, cuantas más opiniones tengáis más convencidos estaréis.
En este caso las butacas que necesito iban a ser clásicas, por lo tanto compré una tela de acuerdo al sitio donde iban a ir ubicadas.
Consejo: En la calle Atocha de Madrid, hay varias tiendas de telas con mucha variedad. Además si buscas bien siempre encuentras alguna con descuento por ser el final de pieza o porque ese día está en oferta.




Para comenzar a tapizar necesitaremos varias cosas. La mayoría las tendremos en casa con las cosas del bricolaje, pero hay una esencial y que no se suele tener, porque se utiliza fundamentalmente en tapicería y es lo que se conoce con el nombre de "pata de cabra" (foto derecha). Es una herramienta que se utiliza para quitar grapas y clavos, también lo llaman saca-clavos. Otra de las cosas que necesitamos es una grapadora, una pistola de barritas de silicona para pegar tela y un cutter para cortar la espuma.




Por otro lado necesitamos los materiales que vamos a utilizar para tapizar la butaca, como son la tela, la espuma y la pasamanería (podemos utilizar cordón o cinta plana). La pasamanería se utiliza par tapar las grapas que vamos a ir poniendo alrededor de la butaca. Podréis encontrarla en cualquier mercería, pero si no veis mucha variedad acercaos a www.pontejos.com que allí tenéis mucho donde elegir.



En cuanto a las espumas para tapizar podemos encontrar de distintas clases, pero la que más se utiliza es la gomaespuma de poliuretano que se puede encontrar en colchonerías o tiendas para tapizados. Las tienen de distinto grosor, dependiendo cómo lo quieras, en este caso fue de 1 cm y te lo suelen cortar a  medida. Suele ser bastante económico.






En primer lugar lo que tenemos que hacer antes de comenzar a tapizar la butaca, es quitarle la tela anterior. Esto lo haremos ayudándonos de la pata de cabra de la que hablamos anteriormente. Con ella quitaremos todas las grapas del anterior tapizado. Una vez hecho esto procedemos a quitar la espuma, que se supone estará algo deteriorada, y a poner la gomaespuma nueva. Para ello se superpone el trozo de espuma sobre el asiento de la butaca y se va grapando poco a poco, es muy sencillo y lo menos complicado. El sobrante se recorta al borde de las grapas. 
Una vez puesta la espuma vamos con la tela. Esta sí tiene que estar medida con más precisión, ya que no se puede recortar como la espuma, si no que se tiene que ir doblando hacia dentro e ir poniendo por encima las grapas. Hay que ir dando forma según el asiento que tengamos. Una cosa muy importante es ir tensando mucho la tela, es fundamental. 
Una vez que terminamos el asiento, nos ponemos con el respaldo, lo haremos de la misma forma.




Una vez puesta la tela con las grapas, tanto del respaldo como del asiento, y asegurándonos que está lo suficientemente tensa, vamos al remate final, que es tapar todas las grapas que quedan a la vista. Esto lo haremos con la cinta de pasamanería y con la ayuda de la pistola de barras de silicona. Su uso es muy sencillo, es una pistola que se enchufa a la luz, a la que se le ha metido una barrita de silicona, que hace de pegamento. La silicona se derrite y vamos pegando con eso la cinta. Es muy limpio ya que aunque nos salgamos un poco, luego al endurecerse, se quita con facilidad con la ayuda de un bisturí (herramienta imprescindible para cualquier trabajo de precisión).











Una vez terminada, queda lo que más nos gusta, colocarla en el lugar elegido. Si pasado un tiempo te cansas de verlo siempre del mismo color, cambias el tapizado, ¡¡no es tan difícil!!
Es muy fácil dar otro aire a la casa sin grandes cambios, simplemente con cambiar unas cortinas y un tapizado, podemos tener una estancia totalmente distinta.
A mí me ocurre a menudo, pienso en un mueble y lo veo colocado en un sitio determinado de la casa. Al final acaba en otro totalmente distinto.
Sin ir más lejos, me ocurrió con estas butacas restauradas, en principio eran para el salón, al final acabaron en la buhardilla (foto de abajo)











Finalmente las butacas acabaron en este rincón. Veremos el tiempo que tardo en cambiarlo de lugar...
Este rincón comenzó siendo un cuarto de juegos para mis hijas, pero con el tiempo se hicieron mayores y pese a mi resistencia, poco a poco habrá que ir transformándolo en otro espacio más serio. Aunque en la actualidad sigue habiendo juegos y libros infantiles por todos lados, me resisto a eliminar esa parte tan bonita del recuerdo.




















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