viernes, 22 de junio de 2018

Molinillo de Café

     Hoy me he levantado nostálgica y os voy a contar como dar a tu hogar un toque "vintage". Cualquier objeto de decoración antiguo que tengas por casa, o que alguien no utilice y lo vaya a tirar, aprovéchalo, ya que le puedes dar otro aire dándole unos retoques con acierto. Ya sabéis que hoy en día el estilo vintage es una de las tendencias de decoración más de moda. Ahora la moda está en lo retro... todo lo que usaban nuestros abuelos vuelve a la actualidad. 
Cualquier objeto de antaño que queráis recupera se puede hacer dándole algunos retoques, así podéis poner al día una radio antigua, una plancha de carbón o como es el caso de hoy, un molinillo de café.
En el siglo XVI llegó el café a Europa, y para moler sus granos se tuvo que crear un objeto con el que poder hacerlo, así se inventó el molinillo de café. Al principio se hacía con un mortero, pero poco a poco se fueron creando aparatos para poder hacerlo más rápidamente. Los primeros aparecieron en Europa y en Turquía al mismo tiempo, fue en el siglo XVII.
Como curiosidad os diré que los de Turquía eran de cobre o latón y adornados con piedras preciosas. En Francia los primeros molinillos eran modelos de lujo para los salones de la alta nobleza. El más conocido era el modelo Luis XIV. Como curiosidad os diré que en Ruán (Normandía) se encuentra el Museo de "Secq des Tournelles", donde podréis ver una preciosa colección de molinillos de café de salón.



Este es el antes y después del Molinillo de Café.
Era un Molinillo viejísimo, que lo iban a tirar y pensé... esto tiene arreglo, y me puse manos a la obra.
Lo primero que tienes que pensar es saber dónde lo vas a colocar cuando lo restaures para saber como lo tienes que decorar. En este caso iba a estar en la cocina, ya que para un molinillo de café no hay mejor lugar. El segundo paso es ver los tonos que pueden irle mejor al objeto que vas a restaurar, en este caso el molinillo. Para eso tienes que ver el entorno, si por ejemplo la cocina va en tonos verdes, dejarlo en madera natural sería lo más acertado, o si la cocina es blanca, le iría cualquier color. En este caso la cocina es un combinado de madera oscura y vainilla. Por lo tanto opté por hacerlo en dos colores, por un lado dejarle la madera natural en el cajón y las partes de arriba y abajo y la parte central pintarla en color vainilla, lo más parecida a los muebles de la cocina.


Nos ponemos manos a la obra, y lo primero que tenemos que hacer es coger un poco de lana de acero (es parecido a las nanas, pero mucho más fino) y se lo pasamos a la parte metálica ya que está completamente oxidada y tiene una especie de polvo rojizo, que va saliendo a medida que le pasamos la lana de acero. Una vez pasada la lana de acero, nos queda brillante (luego lo matizaremos con polvo de grafito y cera, para dejarlo con aspecto de hierro envejecido).
Una vez hecho esto, pasamos a la madera y lo primero que tenemos que hacer en este caso es limpiarlo, porque esta pieza está en madera natural y no está pintado. Si estuviera pintado tendríamos que quitar la pintura bien con una lija manualmente o con un decapante químico. Pero como he dicho anteriormente no es el caso, ya que quiero dejar arriba y abajo la madera natural, incluido el cajón. En el mercado existen distintos limpiadores para madera, echamos un poquito en un recipiente y procedemos a su limpieza.


Antes de ponernos a pintar hemos de mirar si la madera está en perfecto estado o si hay alguna rajita o agujerito que tapar, ya que los objetos antiguos y con tantos años suelen tener algún desperfecto. 
Si hubiera que reparar algún desperfecto, se podría hacer con masilla al agua para madera, lo venden en cualquier ferretería o centro de bricolaje, es fácil de aplicar y hay una gran variedad de colores.
Ahora lo que tenemos que hacer es proteger la madera que no queremos pintar y ponerle cinta de papel para protegerlo.
Seguidamente elegimos la pintura para darle el tono deseado. En este caso el color es vainilla y como suelo utilizar en casa muchas pinturas, para no tener tantos botes, uso un único color, el blanco y luego tengo muchos tintes. En este caso para hacer el color vainilla eché unas gotas de color ocre, que fui mezclando con el blanco poco a poco hasta llegar al color deseado, que en este caso era igual que los muebles de mi cocina.

Una vez pintado - por cierto pintad con pintura al agua, es mucho más ecológica y más fácil para limpiar, sobre todo para las brochas, que se limpian con agua en lugar de aguarrás- para que quede con más gracia, vamos a colocar una plaquita para adornar un poco más el molinillo. Al principio la iba a poner metálica, pero finalmente pensé que quedaría mejor en madera, para parecer aún más rústica.
Para la placa, he utilizado un pequeño trocito de una tabla de contrachapado, que se suele utilizar para manualidades. luego con una hoja de sierra muy fina lo corté en forma de rectángulo, una vez cortado fui redondeando las esquinas. Por último con una lija fui dando forma redondeada a las esquinas, hasta dejarlo de forma ovalada. Con un grabador puse la palabra "Café", luego hice pruebas en el contrachapado para tintarlo de un color lo más parecido posible a la madera del molinillo, y por último lo pegué en centro.




Cuando ya tenemos todo esto y aparentemente está terminado, damos un último retoque como os dije antes a la parte metálica, para que quede aspecto antiguo. Esto se hace mezclando cera y polvo de grafito. Se va aplicando con la ayuda de un paño suave.
Una vez acabado, cuando ya esté a nuestro gusto, nos queda dar el último retoque para protegerlo. Le vamos a dar un barniz mate o satinado, así podemos limpiarlo con un paño húmedo cada vez que haga falta, ya que al estar en la cocina se manchará con facilidad.
El barniz que sea también al agua ya que tiene muchas más ventajas que el barniz tradicional. Algunas ventajas frente a los  tradicionales son la longevidad, la resistencia y la baja toxicidad, son mucho menos contaminantes. Además este tipo de barniz al agua tiene un secado muy rápido, tarda mucho menos en secar que el barniz tradicional. 


Una vez terminado viene la parte más agradable, que es buscar el lugar más adecuado para ponerlo. Aunque el Molinillo aún cumple sus funciones, en realidad no lo vamos a utilizar para moler café, ya que normalmente lo compramos molido y si no fuera el caso, lo moleríamos con la Termomix, ya que es mucho más rápido... Por eso he elegido un lugar para que cumpla su función que no es otra que dar un toque retro a la cocina.
El lugar elegido ha sido una estantería de la cocina, donde acompañará a otro objeto de su misma época, una radio antigua.
Espero que os haya gustado la idea. ¡Ya sabéis! si tenéis objetos que guardáis durante años podéis transformarlos en atractivas piezas decorativas y darle un uso distinto al que tuvieron en su origen.
Por eso cuando os pongáis a hacer limpieza y penséis en tirar objetos que ya no usáis, pensadlo dos veces antes de hacerlo y para que esta idea no te vuelva a pasar por la cabeza, saca a flote tu creatividad  y piensa en darle otro tipo de uso.
La restauración os permitirá dar una segunda oportunidad a muebles viejos y objetos que ya no tienen ese brillo original y los puedes transformar en objetos totalmente distintos a lo que fueron en su origen.
Cada vez me gusta más convertir un objeto viejo y usado en un elemento atractivo que pueda decorar y embellecer una estancia. Además son piezas únicas porque nunca encontrarás dos iguales. Por eso os animo a que convirtáis vuestros objetos antiguos, viejos o deteriorados en nuevos objetos echándole un poco de imaginación. 
¡¡Hasta la próxima amigos!!












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