Hoy os voy a dar una idea, quiero que veáis como se puede transformar un mueble antiguo y deteriorado en otro completamente diferente. Así podréis renovar muebles en mal estado, que ya habían dejado de usarse y darles un nuevo aire.
Esta mesilla se encontraba en un estado deplorable, estuvo en un lugar con mucha humedad y le había caído agua encima. Lo que hice fue decaparla con productos que te venden en cualquier tienda de pinturas. Una vez decapada, la limpié bien y le pasé una lija suave.
Ahora viene lo que más me suele gustar, buscar el lugar donde la situaré, para elegir la pintura más adecuada, así como los complementos, en este caso los agarradores, que hoy día hay mucho donde elegir...
En este caso, elegí un dormitorio juvenil, y como el armario, escritorio y puerta eran blancos, decidí seguir en la misma línea y procedí a pintarla de blanco. Lleva poco tiempo pintarla, lo que más tarda es el secado de la pintura, y aunque las nuevas pinturas en unas horas están secas, es conveniente dejarla al menos un día para asegurar.
Ahora lo que más me gusta, elegir los complementos, en este caso los agarraderos. Fui a varias tiendas y por fin di en el clavo, encontré unos idénticos al decorado del edredón.
He restaurado otras mesillas pero siempre me ocurría lo mismo, me entusiasmaba tanto con comenzar, que no las fotografiaba antes de ser restauradas, además no tenía pensamiento de hacer un blog. A partir de ahora comenzaré a hacerlo!!
Esta es otra de las mesillas restauradas, era de color oscuro, igual que la anterior y no se distinguían los dibujos que ahora veis en el frontal, ya que era toda del mismo color y con muchas capas de barniz.
Lo único que hice con ella, fue decaparla, con una brocha y decapante que podéis comprar en cualquier droguería y luego utilizar una espátula para retirar toda la pintura y el barniz. Se lija un poco para que quede suaveUna vez lijada, se limpia bien con un limpiador o alcohol y por último ya se elije la pintura y se pinta. Como veis ésta, la dejé en madera natural y en gris azulado.
Si es que... quien vale, vale. Y no es por decir, es una obviedad.
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