Viena, capital de Austria, es una preciosa ciudad situada a los pies del Danubio. Tiene una larga historia, ya que es una de las capitales más antiguas de Europa, por lo que cuenta con un importante patrimonio artístico. La música jugó un papel muy importante en esta ciudad.
Llegamos a Viena desde Bratislava (información en el blog anterior) a través del tren, y enlazando con el metro. Nos bajamos muy cerca del hotel, estaba en un lugar muy céntrico, no necesitábamos transporte para visitar el centro de la ciudad. Ahí va mi primer consejo, cuando sólo vais a estar tres o cuatro días, lo mejor es cogerte el alojamiento en el centro de la ciudad, porque si no te pasas media vida en el metro, y no compensa, así de esta manera, aunque te salga menos económico el hotel, te lo ahorras en transporte y tiempo.
Lo primero que hicimos al llegar fue dejar las maletas en el hotel y salir a pasear por el centro. Recordad que pasamos todo el día visitando Bratislava y llegamos a Viena al anochecer. Recorrimos el centro y buscamos un lugar para cenar, Viena de noche tiene un encanto especial.
Como ya os dije en el blog anterior, es una ciudad bastante cara, los precios son muy elevados tanto en restaurantes, hoteles como en transporte. Es lo opuesto totalmente a Bratislava.
En cuanto al transporte, aunque nosotros no lo utilizamos excepto para visitar algún Palacio a las afueras y para cambiar de ciudad, es bastante bueno. Podéis coger cualquier transporte como el metro, tren, tranvía, bus o taxi, que funciona bastante bien. Y si tuvierais el hotel un poco alejado del centro, podéis coger un bono de dos o tres días para cualquier tipo de transporte, os saldrá más económico. Podéis comprar los billetes en las máquinas expendedoras de la estación. Otra cosa a tener en cuenta es que si viajáis con niños menores de 15 años y coincide con las vacaciones escolares en Viena, el transporte es totalmente gratuito para ellos.
Ahora tocaba recorrerla a pleno día. Es una ciudad elegante y señorial, sus calles están llenas de carruajes por todos lados, con turistas que van fotografiando todo a su alrededor.
Salimos del hotel y fuimos hacia la Catedral de San Esteban (Stephansdom), que estaba muy cerquita. Se encuentra en la Plaza de San Esteban en pleno centro de la ciudad austriaca. Para los que están alejados del centro la estación de metro más cercana es "Stephansplatz". Es el símbolo religioso más importante de Viena, está levantada sobre las ruinas de una iglesia románica dedicada a San Esteban. Está coronada por una torre gótica en forma de aguja de estilo gótico. En total cuenta con cuatro torres, la torre sur es la más alta, 137 m, cuenta con 343 escalones y tiene unas vistas de Viena espectaculares. Tiene un total de 13 campanas. La mayor de ellas y la segunda más grande de Europa está situada en la torre norte a 68 metros de altura. Una característica de esta catedral son los azulejos de los tejados, que llaman mucho la atención y que tuvieron que ser restaurados después de la II Guerra Mundial. Entre otros dibujos que forman los ladrillos del tejado está el águila bicéfala imperial y real y los escudos de la ciudad de Viena y Austria.
En el interior hay diversos estilos arquitectónicos, la nave central y las capillas laterales junto con el coro son de estilo gótico, pero algunas zonas de los laterales son de estilo barroco.
Entrar a la Catedral es gratuito, sólo hay que pagar si quieres ver al detalle algunos sitios como el altar o subir a la torre para poder ver las vistas de Viena.
Este edificio que veis a la izquierda, se encuentra justamente frente a la Catedral, es la "Hass House", dentro podéis encontrar desde un hotel, a un centro comercial y un restaurante.
Es un edificio posmodernista de los años 1985-90, en pleno casco histórico de Viena. Está tan cerca de la Catedral, que como podéis ver se ve reflejada en su fachada de vidrio.
Suscitó mucha polémica como suele ocurrir cuando pasan este tipo de cosas (recordemos la Pirámide de cristal a la entrada del Louvre), pero finalmente se asume y acaba por gustar y encontrarle algún atractivo, aunque hay quien nunca lo acaba de aceptar.
Al lado de la catedral se encuentra la calle Kohlmarkt que junto con Kärntnerstrasse y Grabestrasse forman "la U de oro" de Viena, la llaman así por la forma similar a esta letra. En esta calle peatonal se encuentran las mejores firmas de moda internacional y austriaca, así como joyerías tan conocidas como Tiffanys, Cartier o Bulgari. No es de ahora, antiguamente los sastres y joyeros de la corte imperial instalaban aquí sus talleres.
Tomando como referencia la catedral, si cogemos la quinta calle a la derecha podremos encontrar una oficina de turismo, donde podemos coger un plano de la ciudad. Y justamente enfrente tenemos el Palacio Albertina, museo de arte donde podemos encontrar una de las colecciones gráficas más extensas del mundo, algunas obras de artistas tan importantes como Monet, Renoir, Cezanne, Matisse, Miró o Picasso forman parte del citado museo. Si os gusta el arte, tenéis cerca otros dos museos muy interesantes, como el Kunsthistorisches Museum Wien, museo de Historia del Arte, que guarda una extensa colección de obras muy importantes, figura entre las colecciones de arte más destacadas del mundo. En su pinacoteca se encuentran obras de Vermeer, Velázquez, Rubens, Rembrandt, Durero, Tiziano y Tintoretto; así como una colección de antigüedades espectacular. El otro museo es el Naturistoriches Museum, Museo de Historia Natural, alberga en su interior más de 20 millones de objetos, entre los más preciados está La Venus de Willendorf, la estatuilla de la fertilidad, que tiene más de 24.000 años.
Si vais a hacer varias visitas a museos o Palacios, echad un vistazo a viennapass.es/ quizá os interese, como os dije esta ciudad es bastante cara y hay que economizar de alguna manera. Si no la cogéis, también hay en algunas visitas entradas familiares que salen algo más económicas.
Una vez vista la catedral, tomamos la calle que va hacia la izquierda (Kärntner Strasse) y todo seguido llegaremos a la conocidísima Ópera de Viena.
El Teatro de la Ópera de Viena está situada en la Ringstrasse, un boulevard circular que construyeron cuando demolieron las murallas de la ciudad, en plena decadencia de los Habsburgo pero con la subida al trono de Francisco José, se consiguió restablecer una nueva época de grandeza en Viena. Este boulevard recogió un nueva trama de edificios emblemáticos que reflejaba el poder de la corona y que consiguió atraer a los más ilustres ciudadanos del imperio y a importantes comerciantes de Europa Occidental.
El Teatro de la Ópera se inauguró el 25 de Mayo de 1869 con la obra de Mozart "Don Giovanni", y a pesar de las adversidades -fue bombardeada en la Segunda Guerra Mundial- se volvió a abrir al público, el 5 de noviembre de 1955 con una ópera de Bethoven.
Otro gran acontecimiento que sucede en este Teatro todos los años el último jueves de Carnaval (febrero) es el famoso Baile de la Ópera. Se retiran los asientos y forman una grandísima pista de baile donde salen las parejas de debutantes a bailar, ellos con frac y ellas con traje blanco de noche.
Para visitar la Ópera hay dos formas de hacerlo, una de ellas es hacer una visita guiada, incluso puedes elegir el idioma, también la hay en español. La duración de la visita suele ser de unos 40 minutos. Merece la pena.
Otra es comprar entradas e ir a ver una Ópera (luego os diré una manera de hacerlo por un módico precio) y ya dentro podéis visitarla igualmente, aunque sin las explicaciones de un guía. Mi consejo después de hacer ambas visitas, es que merece la pena hacer las dos, ya que con la visita guiada te enseñan salas que no verías sin guía y te cuentan cosas muy curiosas e interesante que de otra manera no podrías enterarte. Y ver una Ópera es una maravilla y una experiencia única, y aunque hayas visto otras, no es lo mismo que hacerlo en una de las mejores compañías operísticas del mundo. Nosotros vimos "Las Bodas de Fígaro" de Mozart, además era justamente el día de nuestro aniversario, mejor celebración imposible.
De cualquier forma que hagáis la visita, antes de acceder al interior tenéis que dar una vuelta por los alrededores en el exterior, es muy bonita. La fachada es Neo-renacentista, decorada con cinco esculturas de bronce (recuerda un poco a la Ópera de Budapest), a cada lado de la fachada hay dos fuentes. Al pasear por los alrededores, os encontraréis con un pequeño paseo de la fama, al más puro estilo "Hollywoodiense", solo que aquí están los nombres de algunos de los mejores compositores reconocidos mundialmente como Mozart, Giuseppe Verdi, Richard Strauss, etc.
Durante los meses de abril a septiembre, todo el mundo puede disfrutar de las actuaciones de la Ópera de forma gratuita gracias a la gran pantalla que ponen en el exterior, en Karajan-Platz. Todo el mundo puede deleitarse de la ópera y ballet en directo.
Las entradas a la Ópera son un poco caras. Para que os hagáis una idea, las más económicas no bajan de 150 Euros, de ahí en adelante. Pero como os dije anteriormente os diré una manera para que podáis disfrutar de ella a un módico precio. A principios del mes de Abril, es principio de temporada y se venden la mayoría de las entradas para todas las representaciones del año. Pero se guardan siempre 500 entradas, que se ponen a la venta al público el mismo día de la obra. Estas entradas cuestan entre 3 y 4 euros. Las de 4 Euros son las mejores, pero se suelen acabar rápido, son las que están justo debajo del Palco Real frente al escenario (se ve de lujo) y las de 3 se localizan en la parte superior del teatro, también con buena visibilidad. Para comprar estas localidades tenéis que ir al lado izquierdo del edificio, ya que en la entrada principal no se venden. Las taquillas abren 90 minutos antes del espectáculo, cuanto antes estéis más posibilidades de conseguirlas. Merece la pena. La desventaja de estas entradas tan rentables es que no son de venta anticipada y por lo tanto hay que hacer cola para conseguirlas, como dos horas antes de la obra y además no tenéis asiento por lo tanto hay que ser de los primeros para verlo mejor.
Cuando visitéis el Teatro de la Ópera, al salir, muy cerca de allí se encuentra el Hotel Sacher, todo un emblema en la ciudad, no dejéis de entrar a su cafetería para saborear la tarta del mismo nombre, elaborada con dos bizcochos de chocolate, separados por una fina capa de albaricoque y todo ello cubierto por una fina capa de chocolate negro. Fue creada por Franz Sacher para festejar el cumpleaños del príncipe. El Café es espectacular, tiene una decoración de corte aristocrático, muy pomposa y recargada a juego con la vestimenta de sus empleados. Merece la pena una visita.
Otro lugar que merece la pena visitar es el palacio imperial, "El Palacio Hofburg", es el palacio más grande de la ciudad. Fue la residencia de la mayor parte de la realeza austriaca, especialmente de la dinastía de los Habsburgo. Actualmente es la residencia del presidente de la República austriaca. Las partes más antiguas datan del siglo XIII.
Es uno de los lugares turísticos más visitados de Austria, ya que alberga la Cámara de la plata, la escuela Española de Equitación, la biblioteca Nacional y uno de los museos más visitados, el museo de Sissi , dentro de los aposentos imperiales. Allí se pueden ver numerosos objetos personales de Elisabeth así como los retratos más famosos de la emperatriz.
Para los curiosos os diré que en esta exposición se puede llegar a conocer su vida privada, así como su rebeldía contra la suntuosidad de la corte, su obstinación por la belleza y la esbeltez, su obsesión por el deporte, tenía su propio gimnasio, muy curioso de ver por cierto. En el museo se puede ver su vida desde que era una jovencita despreocupada, pasando por su compromiso con Francisco José, emperador de Austria hasta su asesinato en 1898 en Ginebra.
Con la entrada os darán unas audio-guías en vuestro idioma.
Viena está repleta de palacios que no se pueden visitar en un solo día. Mi consejo es ir dosificándolos e ir alternando con otras visitas y paseos por la ciudad.
El Palacio de Belvedere, es otro de los bonitos palacios que alberga la ciudad de Viena, tiene unos exteriores espectaculares.
Es un palacio barroco que fue construido como residencia de verano para el príncipe Eugenio de Saboya. El conjunto está formado por dos edificios principales, Belvedere Alto y Belvedere bajo y los extensos jardines que los separan.
Hoy en día alberga un museo de arte. Entre sus colecciones, destaca sobre todo su conocido cuadro "El Beso" de Gustav Klimt; de su interior palaciego apenas queda nada. Por lo tanto si no disponéis demasiado tiempo, es mucho más interesante visitar los Palacios de Hofburg y Schönbrunn, con una preciosa decoración interior. El Palacio de Belvedere como os dije anteriormente es espectacular para pasear por sus jardines, pero su interior no merece demasiado la pena.
El Palacio de Schönbrunn construido en el siglo XVII fue durante años residencia de verano de la familia real de Viena. También es conocido como el Versalles vienés debido a sus jardines.
El Palacio junto con sus amplios jardines, es uno de los conjuntos barrocos más importantes de Europa. En 1996 fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Otra curiosidad es que tiene el parque zoológico más antiguo del mundo, ahora uno de los más modernos de Europa.
Si visitáis el interior, podréis ver las habitaciones decoradas con mucha suntuosidad, en estilo rococó. Veréis los salones oficiales o las habitaciones que ocuparon Francisco José y la emperatriz Isabel (Sissi). Es interesante la visita porque al comprar la entrada os darán una audioguía en español, donde os irán narrando multitud de detalles interesantes de los distintos acontecimientos que tuvieron lugar en el palacio en su época de esplendor.
Un paseo por los jardines completaría la visita, además de poder visitar el Museo de Carruajes que se encuentra junto al Palacio y el Zoológico que citamos anteriormente.
Un consejo importante, subid a la colina cuando paseéis por los exteriores, desde allí obtendréis unas vistas preciosas del Palacio y sus jardines.
Viena es conocida como la capital mundial de la música, ya que aquí vivieron más compositores famosos que en ninguna otra ciudad y la música está por todas partes.
Los auditorios y teatros de la ciudad ofrecen música clásica y festivales continuos durante todo el año. En la ópera se pueden encontrar estrellas de talla internacional, también se hacen conciertos de Jazz, en definitiva todo lo que tenga que ver con la música está muy presente en la ciudad.
Si queréis visitar la casa de Mozart, se encuentra en la calle Domgasse, 5. Es la única que aún se conserva, aquí residió durante tres años, dicen que los más felices de su vida, y fue en el período en el que compuso "Las bodas de Fígaro".
Si queréis descansar y reponer fuerzas para continuar con las visitas turísticas, podéis visitar uno de los maravillosos parques que hay en el centro de Viena. Uno de los más conocidos es el Stadpark, ahí se encuentra uno de los monumentos más fotografiados del mundo, el monumento dorado a Johann-Strauss. El Stadpark es el parque con más monumentos y esculturas de Viena.
Como ya hemos recorrido algunos de los lugares más destacados de la ciudad de Viena, después de unos días, no queda más remedio que hacer maletas y coger el tren hacia nuestro siguiente destino: Budapest (Os hablaré de esta preciosa ciudad en el siguiente blog).
Lo primero que hicimos al llegar fue dejar las maletas en el hotel y salir a pasear por el centro. Recordad que pasamos todo el día visitando Bratislava y llegamos a Viena al anochecer. Recorrimos el centro y buscamos un lugar para cenar, Viena de noche tiene un encanto especial.
Como ya os dije en el blog anterior, es una ciudad bastante cara, los precios son muy elevados tanto en restaurantes, hoteles como en transporte. Es lo opuesto totalmente a Bratislava.
En cuanto al transporte, aunque nosotros no lo utilizamos excepto para visitar algún Palacio a las afueras y para cambiar de ciudad, es bastante bueno. Podéis coger cualquier transporte como el metro, tren, tranvía, bus o taxi, que funciona bastante bien. Y si tuvierais el hotel un poco alejado del centro, podéis coger un bono de dos o tres días para cualquier tipo de transporte, os saldrá más económico. Podéis comprar los billetes en las máquinas expendedoras de la estación. Otra cosa a tener en cuenta es que si viajáis con niños menores de 15 años y coincide con las vacaciones escolares en Viena, el transporte es totalmente gratuito para ellos.
Salimos del hotel y fuimos hacia la Catedral de San Esteban (Stephansdom), que estaba muy cerquita. Se encuentra en la Plaza de San Esteban en pleno centro de la ciudad austriaca. Para los que están alejados del centro la estación de metro más cercana es "Stephansplatz". Es el símbolo religioso más importante de Viena, está levantada sobre las ruinas de una iglesia románica dedicada a San Esteban. Está coronada por una torre gótica en forma de aguja de estilo gótico. En total cuenta con cuatro torres, la torre sur es la más alta, 137 m, cuenta con 343 escalones y tiene unas vistas de Viena espectaculares. Tiene un total de 13 campanas. La mayor de ellas y la segunda más grande de Europa está situada en la torre norte a 68 metros de altura. Una característica de esta catedral son los azulejos de los tejados, que llaman mucho la atención y que tuvieron que ser restaurados después de la II Guerra Mundial. Entre otros dibujos que forman los ladrillos del tejado está el águila bicéfala imperial y real y los escudos de la ciudad de Viena y Austria.
En el interior hay diversos estilos arquitectónicos, la nave central y las capillas laterales junto con el coro son de estilo gótico, pero algunas zonas de los laterales son de estilo barroco.
Entrar a la Catedral es gratuito, sólo hay que pagar si quieres ver al detalle algunos sitios como el altar o subir a la torre para poder ver las vistas de Viena.
Este edificio que veis a la izquierda, se encuentra justamente frente a la Catedral, es la "Hass House", dentro podéis encontrar desde un hotel, a un centro comercial y un restaurante.
Es un edificio posmodernista de los años 1985-90, en pleno casco histórico de Viena. Está tan cerca de la Catedral, que como podéis ver se ve reflejada en su fachada de vidrio.
Suscitó mucha polémica como suele ocurrir cuando pasan este tipo de cosas (recordemos la Pirámide de cristal a la entrada del Louvre), pero finalmente se asume y acaba por gustar y encontrarle algún atractivo, aunque hay quien nunca lo acaba de aceptar.
Al lado de la catedral se encuentra la calle Kohlmarkt que junto con Kärntnerstrasse y Grabestrasse forman "la U de oro" de Viena, la llaman así por la forma similar a esta letra. En esta calle peatonal se encuentran las mejores firmas de moda internacional y austriaca, así como joyerías tan conocidas como Tiffanys, Cartier o Bulgari. No es de ahora, antiguamente los sastres y joyeros de la corte imperial instalaban aquí sus talleres.
Tomando como referencia la catedral, si cogemos la quinta calle a la derecha podremos encontrar una oficina de turismo, donde podemos coger un plano de la ciudad. Y justamente enfrente tenemos el Palacio Albertina, museo de arte donde podemos encontrar una de las colecciones gráficas más extensas del mundo, algunas obras de artistas tan importantes como Monet, Renoir, Cezanne, Matisse, Miró o Picasso forman parte del citado museo. Si os gusta el arte, tenéis cerca otros dos museos muy interesantes, como el Kunsthistorisches Museum Wien, museo de Historia del Arte, que guarda una extensa colección de obras muy importantes, figura entre las colecciones de arte más destacadas del mundo. En su pinacoteca se encuentran obras de Vermeer, Velázquez, Rubens, Rembrandt, Durero, Tiziano y Tintoretto; así como una colección de antigüedades espectacular. El otro museo es el Naturistoriches Museum, Museo de Historia Natural, alberga en su interior más de 20 millones de objetos, entre los más preciados está La Venus de Willendorf, la estatuilla de la fertilidad, que tiene más de 24.000 años.
Si vais a hacer varias visitas a museos o Palacios, echad un vistazo a viennapass.es/ quizá os interese, como os dije esta ciudad es bastante cara y hay que economizar de alguna manera. Si no la cogéis, también hay en algunas visitas entradas familiares que salen algo más económicas.
Una vez vista la catedral, tomamos la calle que va hacia la izquierda (Kärntner Strasse) y todo seguido llegaremos a la conocidísima Ópera de Viena.
El Teatro de la Ópera de Viena está situada en la Ringstrasse, un boulevard circular que construyeron cuando demolieron las murallas de la ciudad, en plena decadencia de los Habsburgo pero con la subida al trono de Francisco José, se consiguió restablecer una nueva época de grandeza en Viena. Este boulevard recogió un nueva trama de edificios emblemáticos que reflejaba el poder de la corona y que consiguió atraer a los más ilustres ciudadanos del imperio y a importantes comerciantes de Europa Occidental.
El Teatro de la Ópera se inauguró el 25 de Mayo de 1869 con la obra de Mozart "Don Giovanni", y a pesar de las adversidades -fue bombardeada en la Segunda Guerra Mundial- se volvió a abrir al público, el 5 de noviembre de 1955 con una ópera de Bethoven.
Otro gran acontecimiento que sucede en este Teatro todos los años el último jueves de Carnaval (febrero) es el famoso Baile de la Ópera. Se retiran los asientos y forman una grandísima pista de baile donde salen las parejas de debutantes a bailar, ellos con frac y ellas con traje blanco de noche.
Otra es comprar entradas e ir a ver una Ópera (luego os diré una manera de hacerlo por un módico precio) y ya dentro podéis visitarla igualmente, aunque sin las explicaciones de un guía. Mi consejo después de hacer ambas visitas, es que merece la pena hacer las dos, ya que con la visita guiada te enseñan salas que no verías sin guía y te cuentan cosas muy curiosas e interesante que de otra manera no podrías enterarte. Y ver una Ópera es una maravilla y una experiencia única, y aunque hayas visto otras, no es lo mismo que hacerlo en una de las mejores compañías operísticas del mundo. Nosotros vimos "Las Bodas de Fígaro" de Mozart, además era justamente el día de nuestro aniversario, mejor celebración imposible.
De cualquier forma que hagáis la visita, antes de acceder al interior tenéis que dar una vuelta por los alrededores en el exterior, es muy bonita. La fachada es Neo-renacentista, decorada con cinco esculturas de bronce (recuerda un poco a la Ópera de Budapest), a cada lado de la fachada hay dos fuentes. Al pasear por los alrededores, os encontraréis con un pequeño paseo de la fama, al más puro estilo "Hollywoodiense", solo que aquí están los nombres de algunos de los mejores compositores reconocidos mundialmente como Mozart, Giuseppe Verdi, Richard Strauss, etc.
Durante los meses de abril a septiembre, todo el mundo puede disfrutar de las actuaciones de la Ópera de forma gratuita gracias a la gran pantalla que ponen en el exterior, en Karajan-Platz. Todo el mundo puede deleitarse de la ópera y ballet en directo.
Las entradas a la Ópera son un poco caras. Para que os hagáis una idea, las más económicas no bajan de 150 Euros, de ahí en adelante. Pero como os dije anteriormente os diré una manera para que podáis disfrutar de ella a un módico precio. A principios del mes de Abril, es principio de temporada y se venden la mayoría de las entradas para todas las representaciones del año. Pero se guardan siempre 500 entradas, que se ponen a la venta al público el mismo día de la obra. Estas entradas cuestan entre 3 y 4 euros. Las de 4 Euros son las mejores, pero se suelen acabar rápido, son las que están justo debajo del Palco Real frente al escenario (se ve de lujo) y las de 3 se localizan en la parte superior del teatro, también con buena visibilidad. Para comprar estas localidades tenéis que ir al lado izquierdo del edificio, ya que en la entrada principal no se venden. Las taquillas abren 90 minutos antes del espectáculo, cuanto antes estéis más posibilidades de conseguirlas. Merece la pena. La desventaja de estas entradas tan rentables es que no son de venta anticipada y por lo tanto hay que hacer cola para conseguirlas, como dos horas antes de la obra y además no tenéis asiento por lo tanto hay que ser de los primeros para verlo mejor.
Cuando visitéis el Teatro de la Ópera, al salir, muy cerca de allí se encuentra el Hotel Sacher, todo un emblema en la ciudad, no dejéis de entrar a su cafetería para saborear la tarta del mismo nombre, elaborada con dos bizcochos de chocolate, separados por una fina capa de albaricoque y todo ello cubierto por una fina capa de chocolate negro. Fue creada por Franz Sacher para festejar el cumpleaños del príncipe. El Café es espectacular, tiene una decoración de corte aristocrático, muy pomposa y recargada a juego con la vestimenta de sus empleados. Merece la pena una visita.
Otro lugar que merece la pena visitar es el palacio imperial, "El Palacio Hofburg", es el palacio más grande de la ciudad. Fue la residencia de la mayor parte de la realeza austriaca, especialmente de la dinastía de los Habsburgo. Actualmente es la residencia del presidente de la República austriaca. Las partes más antiguas datan del siglo XIII.
Es uno de los lugares turísticos más visitados de Austria, ya que alberga la Cámara de la plata, la escuela Española de Equitación, la biblioteca Nacional y uno de los museos más visitados, el museo de Sissi , dentro de los aposentos imperiales. Allí se pueden ver numerosos objetos personales de Elisabeth así como los retratos más famosos de la emperatriz.
Para los curiosos os diré que en esta exposición se puede llegar a conocer su vida privada, así como su rebeldía contra la suntuosidad de la corte, su obstinación por la belleza y la esbeltez, su obsesión por el deporte, tenía su propio gimnasio, muy curioso de ver por cierto. En el museo se puede ver su vida desde que era una jovencita despreocupada, pasando por su compromiso con Francisco José, emperador de Austria hasta su asesinato en 1898 en Ginebra.
Con la entrada os darán unas audio-guías en vuestro idioma.
Viena está repleta de palacios que no se pueden visitar en un solo día. Mi consejo es ir dosificándolos e ir alternando con otras visitas y paseos por la ciudad.
El Palacio de Belvedere, es otro de los bonitos palacios que alberga la ciudad de Viena, tiene unos exteriores espectaculares.
Es un palacio barroco que fue construido como residencia de verano para el príncipe Eugenio de Saboya. El conjunto está formado por dos edificios principales, Belvedere Alto y Belvedere bajo y los extensos jardines que los separan.
Hoy en día alberga un museo de arte. Entre sus colecciones, destaca sobre todo su conocido cuadro "El Beso" de Gustav Klimt; de su interior palaciego apenas queda nada. Por lo tanto si no disponéis demasiado tiempo, es mucho más interesante visitar los Palacios de Hofburg y Schönbrunn, con una preciosa decoración interior. El Palacio de Belvedere como os dije anteriormente es espectacular para pasear por sus jardines, pero su interior no merece demasiado la pena.
El Palacio de Schönbrunn construido en el siglo XVII fue durante años residencia de verano de la familia real de Viena. También es conocido como el Versalles vienés debido a sus jardines.
El Palacio junto con sus amplios jardines, es uno de los conjuntos barrocos más importantes de Europa. En 1996 fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Otra curiosidad es que tiene el parque zoológico más antiguo del mundo, ahora uno de los más modernos de Europa.
Si visitáis el interior, podréis ver las habitaciones decoradas con mucha suntuosidad, en estilo rococó. Veréis los salones oficiales o las habitaciones que ocuparon Francisco José y la emperatriz Isabel (Sissi). Es interesante la visita porque al comprar la entrada os darán una audioguía en español, donde os irán narrando multitud de detalles interesantes de los distintos acontecimientos que tuvieron lugar en el palacio en su época de esplendor.
Un paseo por los jardines completaría la visita, además de poder visitar el Museo de Carruajes que se encuentra junto al Palacio y el Zoológico que citamos anteriormente.
Un consejo importante, subid a la colina cuando paseéis por los exteriores, desde allí obtendréis unas vistas preciosas del Palacio y sus jardines.
Viena es conocida como la capital mundial de la música, ya que aquí vivieron más compositores famosos que en ninguna otra ciudad y la música está por todas partes.
Los auditorios y teatros de la ciudad ofrecen música clásica y festivales continuos durante todo el año. En la ópera se pueden encontrar estrellas de talla internacional, también se hacen conciertos de Jazz, en definitiva todo lo que tenga que ver con la música está muy presente en la ciudad.
Si queréis visitar la casa de Mozart, se encuentra en la calle Domgasse, 5. Es la única que aún se conserva, aquí residió durante tres años, dicen que los más felices de su vida, y fue en el período en el que compuso "Las bodas de Fígaro".
Si queréis descansar y reponer fuerzas para continuar con las visitas turísticas, podéis visitar uno de los maravillosos parques que hay en el centro de Viena. Uno de los más conocidos es el Stadpark, ahí se encuentra uno de los monumentos más fotografiados del mundo, el monumento dorado a Johann-Strauss. El Stadpark es el parque con más monumentos y esculturas de Viena.
Como ya hemos recorrido algunos de los lugares más destacados de la ciudad de Viena, después de unos días, no queda más remedio que hacer maletas y coger el tren hacia nuestro siguiente destino: Budapest (Os hablaré de esta preciosa ciudad en el siguiente blog).
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