Budapest, capital de Hungría, es conocida como "La Perla del Danubio", una de las ciudades más bellas de Europa. Es famosa por sus balnearios, sus monumentos históricos y su animada vida noctúrna.
Como ya sabéis, si habéis leído los blogs anteriores, llegamos a Budapest en tren desde Viena. Es un tren de alta velocidad, muy cómodo por cierto y en 2 h 40 minutos estábamos en la Estación Keleti de Budapest. Edificio construido entre 1881-84, en estilo ecléctico (es una tendencia que mezcla diferentes estilos y épocas del arte y la arquitectura, nacido en Francia y se propagó rápidamente por Europa, Rusia y EEUU). Fue una de las estaciones de trenes más modernas de Europa en aquella época. A esta misma estación llegan algunas líneas de metro e incluso hay un servicio de tren rápido que conecta la estación con el Aeropuerto. Por lo tanto vengáis en tren o en avión, llegaréis a esta estación. Se encuentra al final de la Avenida Rákóczi.
Toda esta avenida hacia adelante, nos llevará al centro de la ciudad, donde teníamos nuestro hotel. De camino, como la Avenida Rákóczi es muy larga encontramos un banco y entramos a cambiar algunos euros. Hungría tiene planes para adoptar el euro, pero aún no hay plazos establecidos. En Budapest la moneda oficial es el florín húngaro. 1 euro son 311,76 florines húngaros. El mejor tipo de cambio lo suelen ofrecer las casas de cambio cercanas al centro de la ciudad. La cotización en bancos, aeropuertos y hoteles suele ser más elevada. Antes del viaje se recomienda consultar la comisión que aplica vuestro banco por sacar dinero en divisa extranjera. De esta manera podréis valorar la opción de sacar dinero en cajeros de Budapest. De todas formas la mejor manera de ahorrar comisiones es pagar con tarjeta de crédito siempre que sea posible.
Como os comentaba en uno de los blog anteriores, Budapest es una ciudad bastante asequible y si lo comparamos con Viena, la diferencia es bastante notable. Te puedes permitir comer en sitios estupendos a un módico precio, y en cuanto al alojamiento sólo os diré que es como la mitad de precio que en Viena, en hoteles de la misma categoría.
Como os comentaba en uno de los blog anteriores, Budapest es una ciudad bastante asequible y si lo comparamos con Viena, la diferencia es bastante notable. Te puedes permitir comer en sitios estupendos a un módico precio, y en cuanto al alojamiento sólo os diré que es como la mitad de precio que en Viena, en hoteles de la misma categoría.
Budapest está separada en dos por el Danubio, por un lado la parte alta, Buda, donde se encuentra el famoso Castillo y el Bastión de los Pescadores y por otra la parte baja, Pest, donde la ciudad bulle y te atrapa.
Una vez situados en esta ciudad tan increíble, comenzaremos haciendo un recorrido por algunos de los lugares más emblemáticos y curiosos de la ciudad. Comenzaremos por la parte baja, Pest.
Como digo siempre, la mejor manera de conocer un lugar es paseando, y Budapest es una ciudad que se presta a ello. Un lugar idóneo para pasear es la Avenida Andrassy. El diseño de esta avenida la realizó el Conde Andrassy, en el siglo XIX, quería competir con la majestuosidad de los bulevares de París y vaya si lo consiguió, fue más allá, la avenida ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad.
Precisamente en la Avenida Andrassy se encuentra la Ópera Nacional de Hungría, un edificio neo renacentista construido por un arquitecto húngaro. Fue financiada por Francisco José I, emperador de Austria, con la condición de que ésta no fuera más grande que la Ópera de Viena.
El exterior del edificio está decorado con esculturas de famosos músicos y compositores. Para hacer una visita a la ópera hay dos opciones como os dije en el anterior blog sobre la Ópera de Viena, uno es comprar la entrada y ver una ópera o hacer una visita guiada. En cuanto a cual de las dos es más bonita, el exterior de las dos es igual de grandioso, pero una vez en el interior, el auditorio es mucho más majestuoso el de Budapest, tiene la grandiosidad de la época de la Emperatriz Sissi. Pero el resto del interior gana la Ópera de Viena, el vestíbulo, la impresionante escalinata, el salón de té... aunque el de Budapest también es precioso.
Una vez situados en esta ciudad tan increíble, comenzaremos haciendo un recorrido por algunos de los lugares más emblemáticos y curiosos de la ciudad. Comenzaremos por la parte baja, Pest.
Como digo siempre, la mejor manera de conocer un lugar es paseando, y Budapest es una ciudad que se presta a ello. Un lugar idóneo para pasear es la Avenida Andrassy. El diseño de esta avenida la realizó el Conde Andrassy, en el siglo XIX, quería competir con la majestuosidad de los bulevares de París y vaya si lo consiguió, fue más allá, la avenida ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad.
Precisamente en la Avenida Andrassy se encuentra la Ópera Nacional de Hungría, un edificio neo renacentista construido por un arquitecto húngaro. Fue financiada por Francisco José I, emperador de Austria, con la condición de que ésta no fuera más grande que la Ópera de Viena.
El exterior del edificio está decorado con esculturas de famosos músicos y compositores. Para hacer una visita a la ópera hay dos opciones como os dije en el anterior blog sobre la Ópera de Viena, uno es comprar la entrada y ver una ópera o hacer una visita guiada. En cuanto a cual de las dos es más bonita, el exterior de las dos es igual de grandioso, pero una vez en el interior, el auditorio es mucho más majestuoso el de Budapest, tiene la grandiosidad de la época de la Emperatriz Sissi. Pero el resto del interior gana la Ópera de Viena, el vestíbulo, la impresionante escalinata, el salón de té... aunque el de Budapest también es precioso.
Otro lugar destacado es el Mercado Central, visita turística obligada, te guste o no la gastronomía, es un sitio colorido, lleno de aromas y sabores autóctonos. Se encuentra en una de las zonas más céntricas de Pest, muy cerca del puente Szabadság, en la Avenida Vámház. Es un edificio histórico, fue inaugurado a finales del siglo XIX. Su finalidad era controlar la calidad y conservación de los alimentos, ya que en esa época había muchos problemas sanitarios.
Los ciudadanos no estaban muy contentos con esta construcción, ya que a raíz de su construcción los precios se incrementaron mucho y además se agravaron después de la Primera Guerra Mundial.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la estructura del Mercado quedó gravemente dañada y poco a poco se fue degradando, hasta que finalmente en 1991 se cerró al público. Tres años más tarde fue restaurado y hoy en día es uno de los edificios más significativos de Budapest.
La fachada es de gran belleza, ya que destaca por su acertada combinación de ladrillos de diferentes tonos y sus tejados de cerámica.
Si quieres conocer la auténtica vida en Budapest, no olvides visitar el Mercado Central. Es visitado tanto por los turistas que visitan la ciudad como por los propios habitantes de la ciudad.
Podéis visitarlo todos los días excepto los domingos, los sábados también abren hasta las tres.
El Mercado está dividido en dos plantas y una balconada donde se encuentran los restaurantes. La planta principal, que da a la calle es la más alegre y luminosa, llena de colorido y es donde se encuentran los puestos de verduras, frutas, carnes, panadería etc y en casi todos ellos venden la Paprika húngara. Hay símbolos que identifican un país, en este caso decir Paprika es decir Hungría. En ningún país hay tantas variedades como aquí, distintas formas, tamaños, lo comen para el desayuno, el almuerzo, la cena. Hay recetas que llevan su nombre como el "Pollo a la paprika", el plato nacional es el "Gulash" que también la lleva. Luego también está la versión en polvo, venden multitud de saquitos para los turistas. Tanto partido la han sacado que hay algunos chef que ya hacen helado de paprika y también hay una bebida húngara alcohólica muy famosa.
En la segunda planta es donde se encuentra lo más visitado por los turistas, típicos suvenirs, trajes típicos, muñecas, cerámicas, ganchillo, etc Además podremos degustar rica comida típica de la zona.
El edificio más emblemático de Budapest situado a orillas del Danubio es el Parlamento de Hungría. Es de estilo neogótico, con algunas particularidades. La verdad es que es una verdadera joya, se encuentra en Pest, pero si subes a Buda, desde allí hay unas vista espectaculares, merece la pena verlo desde allá arriba tanto de día como de noche.
El edificio fue construido entre 1884 y 1902 por un arquitecto húngaro que se quedó ciego unos meses antes de la inauguración. Es el mayor edificio del país y el segundo del mundo después de Rumanía.
Cuando no hay sesión parlamentaria puedes hacer una visita guiada por sus salas. Se hacen cada media hora durante todo el guía y en varios idiomas. Podréis ver la gran escalinata central, las joyas de la corona, el salón de la cúpula y numerosos frescos.
Uno de los lugares que más me gustaron de mi visita a Hungría fueron los baños de Széchenyi, son los mayores baños termales medicinales de Europa. Su agua es suministrada por dos fuentes de aguas termales, mantienen una temperatura entre 20 ºC y 77 ºC respectivamente. Estas aguas termales contienen sulfato de calcio, magnesio, bicarbonato, flúor y ácido metabórico principalmente.
Por algo le llaman a Budapest la ciudad de los balnearios, no les falta razón hay cerca de cien manantiales por los que mana agua mineral con características termales. La ciudad de Budapest se asienta sobre una falla geológica por la que manan estas aguas de características termales y curativas.
Anteriormente ya habíamos probado esta clase de baños en Bulgaria, pero la grandeza y majestuosidad que tenía este lugar era diferente.
Aunque la mayoría de los baños y piscinas termales se encuentran a lo largo de la orilla del Danubio que da hacia Buda, el balneario de Széchenyi se encuentra en el centro del parque municipal de Pest, justo detrás de la famosa plaza de los héroes. Estos baños se caracterizan por ser los más grandes y cálidos, tienen 15 piscinas interiores y 3 enormes al aire libre.
Los baños de Széchenyi se inauguraron en 1913, son edificios de estilo neobarroco. Abren todos los días de seis de la mañana a diez de la noche y con el precio de la entrada, te incluye el acceso a todas las piscinas y saunas, además incluye derecho a una cabina. Las cabinas se encuentran en la parte exterior del edificio y se asigna una a cada visitante. Te dan una pulsera magnética con la que se abre la cabina. Y allí puedes dejar tranquilamente tus pertenencias.
Estos baños son mixtos, en Budapest es muy habitual que los baños abran un día para chicos y otro para chicas. Por eso, nosotros nos decantamos finalmente por este balneario, además de que era el que más nos atraía por varios motivos como su amplio horario y sus bonitas edificaciones.
A nosotros nos encantaron las instalaciones, estuvimos primero en las piscinas exteriores y luego en las interiores, queríamos probar un poco de todo.
Entre las exteriores, rodeadas de preciosos edificios hay una que nos gustó especialmente, llamada La Meca, tiene un jacuzzi en el centro en forma de espiral, que te hace girar, es divertidísimo, es para que vayas contra corriente y así hacer ejercicio. También hay chorros de agua para darnos masajes en la espalda, en definitiva fue una de las piscinas que más nos gustó. Luego había otra que estaba a 38 ºC, te tienes que meter poco a poco porque está muy caliente, de hecho hay carteles donde te informan que no debes estar más de 20 minutos, ya que te puede dar una bajada de tensión. Allí había algunas personas que jugaban al ajedrez en unos tableros flotantes. Todo ello muy curioso.
Estas piscinas están abiertas tanto en invierno como en verano.
Esta es la Catedral Basílica de San Esteban, es un edificio religioso de culto católico. Es de estilo Neoclásico, con planta de Cruz griega. Junto con el Parlamento de Budapest, son los edificios más altos de la ciudad, con 96 metros y el edificio religioso más grande del país, con capacidad para albergar 8.500 personas.
Desde su cúpula hay unas impresionantes vistas, no olvides la cámara de fotos. Si no quieres subir los 360 escalones, tienes ascensor.
En la Catedral se encuentra una reliquia, La mano momificada de San Esteban, la Santa Diestra. San Esteban, fue el primer rey de Hungría y se le atribuye la conversión de los Magiares (primeros pobladores de Hungría) al catolicismo. Si quieres ver la reliquia solo tendrán que donar un euro y se encenderá una luz que te dejará ver la mano de San Esteban.
En cuanto a curiosidades, podemos decir que la reina del Pop, Madonna, se casó aquí, en esta misma iglesia, cuando encarnó al personaje de Evita Perón. El director Alan Parker eligió este escenario para recrear la boda del General Perón con su adorada esposa.
Si seguimos con curiosidades, también está enterrado aquí un jugador del Real Madrid, "Puskás", jugador en el equipo desde 1958 hasta 1966, y compañero de Di Stefano y Gento.
La Catedral es también escenario de muchos conciertos de música clásica, debido a su buena acústica. Es frecuente la celebración de audiciones de música sacra y recitales de órgano, sus conciertos son famosos en toda Europa. Las piezas de los compositores como Vivaldi, Mozart o Bach son escuchados habitualmente por multitud de personas aquí en la Catedral.
Muy cerquita de la catedral, hay una heladería donde hacen los helados más famosos de toda Hungría. Se trata de unos riquísimos conos con forma de rosa. Te hacen los pétalos de los sabores que quieras, y de esa manera creas unos helados muy coloridos. Están riquísimos.
Cada día íbamos a por uno de diferente sabor. Además uno de los días estaba una chica que hablaba español porque había estado una temporada trabajando en España.
Tenían un arte haciendo helados... era para verlo, en un visto y no visto te hacían el helado de forma totalmente artesanal, pétalo a pétalo pero muy rápido. Le preguntamos si no le importaba que le filmáramos y lo hicimos porque era muy curioso.
Otro lugar para pasear es el barrio judío. Hubo un tiempo en el que en Budapest se concentraba una de las poblaciones judías más importantes del mundo, por eso no es de extrañar que se construyera la Sinagoga más grande de Europa y la Segunda más grande del mundo.
El antiguo barrio judío donde se encuentra la Sinagoga, se convirtió en gueto a partir de marzo de 1944. Cuando quedaba menos de un año para terminar la Segunda Guerra Mundial, confinaron a todos los judías en esta zona, es uno de los momentos más negros del país. Muchos de esos judíos fueron llevados a los campos de concentración y muchos otros murieron dentro del gueto en aquellos últimos años de la guerra.
Merece la pena una visita, para rendirle tributo a toda esa gente.
El edificio tiene un aire claramente árabe. El interior tiene apariencia de una iglesia como las que estamos acostumbrados a ver, la planta es alargada, adoptando la clásica disposición basilical cristiana. Incluso dispone de órgano, instrumento poco común en las sinagogas. Dicen que se hizo de esta manera para integrase mejor entre los húngaros. Está muy decorado y hacen distinciones entre las zonas, unas para hombres y otra para mujeres. En general esta sinagoga es muy particular, porque normalmente suelen ser más austeras, sin embargo esta se realizó en madera y mármol, muy decorada.
En el patio interior se encuentran fosas comunes, donde los propios judíos enterraron a sus muertos y se encuentra también el árbol de la vida, construido en honor a los judíos caídos durante el Holocausto.
Paseando a orillas del Danubio, muy cerca del Parlamento de Hungría os encontraréis uno de los monumentos más curiosos, "Los Zapatos del Danubio", sesenta pares de zapatos de hierro oxidado plantados en el suelo. Los hay de todas las formas, estilos y tamaños, de hombre, de mujer y de niños. Todos ellos tienen una triste historia. Es una escultura en homenaje a los judíos. Fue idea del director de cine Can Togay y obra del escultor Gyula Pauer.
En octubre de 1944 los alemanes llegaron a Hungría y Hitler destituyó al gobierno de entonces, poniendo en su lugar a alguien de su confianza, con ideas antisemitas, que aterrorizaron a todos los judíos en Budapest. Cerca de 80.000 judíos fueron enviados a campos de concentración como Auschwitz. A los pocos que quedaron en Hungría, les encerraron en el ghetto de Budapest y luego entre diciembre de 1944 y enero de 1945 cogieron a 20.000 judíos del ghetto, les llevaron a orillas del Danubio, les obligaron a descalzarse (los zapatos eran valiosos en la Segunda Guerra Mundial), les disparaban por la espalda y acto seguido caían al río.
Cruzar el puente de las cadenas a pie, es una de las visitas imprescindibles. Es el Puente Szechenyi, conocido como Puente de las Cadenas, es uno de los más bonitos de Europa, pudiendo competir con el puente de Carlos de Praga por ejemplo.
Es una obra de Adam Clark y lleva el nombre de Istvan Szechenyi, que fue el promotor de la obra y un personaje importante del siglo XIX. Fue el primer puente que une las dos orillas del Danubio a su paso por Budapest, une las dos partes de la ciudad, Buda por una parte y Pest por la otra.
El puente desde el lado de Pest está muy cerca de la calle que lleva a la Catedral de San Esteban y en el otro extremo que da hacia Buda, justamente acaba al pie de la estación inferior del funicular que sube a la colina del Castillo.
Hay más puentes que cruzan el Danubio, además del Puente de las Cadenas, uno de ellos es el Puente de la Libertad, que compite en belleza con el anterior. Es el que está justamente enfrente del mercado.
Seguimos la ruta... una vez que hemos cruzado el Puente de las Cadenas, tomamos el funicular (merece la pena) y subimos a recorrer Buda. Un lugar precioso y con unas vistas sobre Pest de película.
El funicular de Budapest está situado muy cerca del Puente de las cadenas, se encuentra en la Plaza Clark Adám Ter y sube hasta el Castillo de Buda.
Fue inaugurado en 1870, fue el segundo que se construyó en Europa. Durante la Segunda Guerra Mundial quedó prácticamente destruido, en 1986 lo reconstruyeron fielmente al original y desde entonces sigue en funcionamiento.
Funciona muy bien y merece la pena cogerlo porque hay unas vistas preciosas. Y a los que os guste la fotografía os gustará subir en él pues da mucho juego según va subiendo hay unas vistas espectaculares del puente.
La fotografía del Puente de las cadenas de arriba, se tomó con el funicular en marcha.
Podéis subir con el funicular y luego bajar andando o coger billete de ida y vuelta (sale más económico).
Como curiosidad deciros que junto a la estación del funicular, en la Plaza Clark Adám Ter, está situado el Kilómetro 0. Desde ahí se miden todas las distancias en Hungría.
El horario del funicular suele estar desde las 7:30 hasta las 22:00 pero aseguraos por si cambia de invierno a verano. Y en cuanto al precio, no suelo ponerlo porque los precios suben cada año y dependerá de cuando vayáis, además los precios de todo se puede ver en las páginas oficiales.
Una vez arriba en Buda, visitaremos el barrio del Castillo de Buda, que por algo fue nombrado Patrimonio de la Humanidad. Recorremos un poco sus calles y llegamos hasta la Iglesia de Nuestra Señora (en honor a la Virgen María, patrona de Hungría) conocida como la Iglesia de Matías (aunque algunos la llaman San Matías). Es una preciosidad, llama un poco la atención entre otras cosas porque tiene un tejado muy colorido.
En realidad esta iglesia viene de muy atrás aunque hay varias versiones. La tradición eclesiástica mantiene que San Esteban I, el primer rey húngaro construyó aquí una edificación religiosa sobre 1015 y posteriormente distintos reyes fueron modificándola, dándola un aire gótico y posteriormente Matías I, que le dio un estilo renacentista. De ahí el apodo de "Iglesias de Matías". Más tarde Buda fue invadida por los turcos otomanos, y la transformaron en mezquita, pero los ejércitos germanos lo recuperaron expulsando a los turcos y volviendo a tener la importancia que tuvo anteriormente para los cristianos.
Es uno de los templos más bonitos de arquitectura ecléctica. Su forma actual fue debida a la restauración que se produjo en el siglo XIX.
Gracias a su excelente acústica, se celebran conciertos de órgano y música clásica.
Muy cerca de la Iglesia de Matías se encuentra el Bastión de los Pescadores, es de principios del siglo XX y fue realizado por el mismo arquitecto que la Iglesia de Matías.
Es una terraza-mirador de estilo neogótico y neorrománico situada a orillas del Danubio. Tiene numerosas escaleras y paseos. Está compuesta por 7 torres como la que veis en la fotografía de la derecha. Las siete torres representan las siete tribus magiares que se establecieron allí en el año 896. Se llama así por los pescadores que defendían las murallas de la ciudad en la Edad Media.
Hoy en día la obra sólo tiene función decorativa. Siempre está llena de turistas que van y vienen, ya que las vistas que se obtienen desde aquí de la ciudad de Pest, son preciosas. Tiene una vista del Parlamento espectacular, tanto de noche como de día.
Entre el Bastión de los Pescadores y la Iglesia de Matias, se alza una escultura de bronce a caballo que es Esteban I de Hungría.
Y por último muy cerquita está el Castillo de Buda también llamado Palacio Real, ya que antiguamente fue la residencia de los Reyes de Hungría. Actualmente alberga la Biblioteca Széchenyi , la Galería Nacional y el Museo de Historia de Budapest. Tiene unos bonitos jardines y si sois unos apasionados del arte, merece la pena una visita.
En cuanto a la gastronomía, deciros que se come muy bien y los precios no son caros. Es muy variada, rica en sabores y aromas, algo picante. El plato más típico es el gulash, con su rico pimentón. Tiene algunos sabores muy nuevos para nosotros, como la sopa de guindas.
Bueno y con Budapest, ya terminamos nuestro viaje. Nos gustó mucho el recorrido. Como habéis visto en los blog anteriores, las tres ciudades son muy diferentes entre sí, cada una de ellas tenía un encanto especial.
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