Este viaje lo recuerdo como algo muy especial. Normalmente nos ponemos siempre de acuerdo sobre los lugares que visitaremos en vacaciones y este viaje lo llevábamos planeando hacía mucho tiempo. Fue uno de los que más ilusión nos hizo a todos porque era muy diferente a lo que conocíamos. Europa en general nos encanta porque tiene mucha historia pero EEUU lo veíamos como un país demasiado moderno y algo distinto a lo que conocíamos.
Fue muy especial sobre todo por mis hijas, que entonces tenían 14 y 18 años, les hizo muchísima ilusión, además la mayor iba a comenzar a estudiar Arquitectura, lo que le vino muy bien por la gran variedad de edificios singulares que visitamos, algunos muy novedosos y extraños. A día de hoy ha terminado la carrera y quiere volver con la excusa de ver esos edificios tan diferentes...
Lo primero que hicimos fue comenzar a elaborar un plan. Al principio pensamos ir a Nueva York, pero luego nos dimos cuenta que un viaje tan largo, merecía la pena estar algo más y visitar más ciudades, al fin y al cabo la parte más costosa era el viaje. Por fin lo decidimos, después de echar un vistazo a las distancias entre las ciudades que más nos interesaban, nos hicimos un itinerario, incluso pasaríamos a Canadá para ver las Cataratas del Niágara.
Una vez hecho esto, nos pusimos a pensar el tiempo que estaríamos en cada lugar. Suele pasar que cuando vuelves de los lugares que has visitado, a veces piensas que con un día menos hubiera siso suficiente, y a veces en otros lugares te quedas corto. Para hacerlo bien, nos pusimos a buscar información y experiencias de otras personas que ya habían estado por allí y de esta manera nos informamos que sitios requerían más o menos tiempo.
Finalmente decidimos visitar los siguientes lugares, Washington, Philadelphia, Lancaster, Niagara falls (Canadá), Boston y New York.
He de decir que teníamos un poco de temor a que no saliera todo como lo planeamos, ya que no era como otros viajes, éste era más itinerante, dos días aquí, dos allí y si algo fallara... Finalmente todo salió a la perfección, los hoteles muy por encima de nuestras expectativas y no hubo ningún problema.
Bueno nuestra ruta finalmente se desarrolló de la siguiente manera:
El punto de partida fue New York, pero no será hasta el final de nuestro viaje cuando disfrutaremos una semanita de la ciudad. Como decíamos llegamos al aeropuerto John F. Kennedy de New York y allí recogimos el coche que alquilamos, nos dieron uno superior al que pedimos. Como sabéis allí son todos automáticos, son muy fáciles de conducir, pero claro si te dan las llaves y te dicen: "es aquel de allí" y no te explican absolutamente nada..., pero como somos muy valientes, nos pusimos a ensayar en el parking donde recogimos el coche, que era bastante amplio y de allí marchamos a Washington, el recorrido de New York a Washington fue impresionante, nosotros que íbamos con la idea de pasar unas vacaciones totalmente "urbanitas" todo asfalto, estábamos muy equivocados, todo bosques, árboles enormes, nos impresionó gratamente el paisaje.
Washington DC no pertenece a ningún estado, se administra como un distrito federal. Se encuentra entre los estados de Virginia y Maryland. Es una de las pocas ciudades de EE.UU. que ha sido construida siguiendo un plan. En 1790, el Presidente Washington contrató a un ingeniero francés de la armada de Lafayette llamado Pierre L' Enfant para que diseñara una gloriosa ciudad capital similar a Paris. El nombre completo de la ciudad es Washington, Distrito de Columbia. La mayoría de la gente la llama Washington DC o sólo DC.
Hoy en día, Washington DC es una ciudad de variedad y contraste. La zona central tiene un diseño muy bonito con avenidas anchas bordeadas por edificios magníficos y monumentos construidos en espaciosos parques verdes. Los vecindarios de los alrededores varían desde distritos comerciales modernos y barrios residenciales de alta categoría hasta enclaves étnicos y barrios de la clase trabajadora. En esta ciudad viven muchos trabajadores, diplomáticos, políticos e inmigrantes de muchos lugares. Es una de las ciudades más cosmopolitas de los EE.UU. con numerosos barrios étnicos y restaurantes especializados en una gran variedad de cocinas exóticas. Un enorme número de empleados de gobierno y de empresas que mantienen la operación de la gigantesca burocracia federal, viven en los alrededores de Virginia y Maryland.
Por fin Llegamos a la capital de los Estados Unidos y fuimos directamente al hotel, que estaba en el centro de Washington D.C., se encontraba muy cerca del National Mall, que es una pradera verde enorme, alrededor de la cual, se encuentran todos los monumentos, museos y edificios oficiales. Allí íbamos a estar dos noches, por lo tanto había que aprovechar el tiempo. Gracias al alojamiento tan céntrico, sólo tuvimos que coger el metro (el coche no lo movimos del hotel) para ir al Cementerio de Arlington.
Algo anecdótico fueron las propinas... nos traían de cabeza, ya sabíamos el porcentaje que se dejaba si ibas a comer o cosas parecidas, pero no sabíamos que teníamos que dar al señor del hotel que te metía el coche en el parking o al que te subía las maletas a la habitación, te las quitaban de las manos para subirlas... porque no es como en España, que le das la propina que te parece, allí va todo a porcentaje. Entre otras cosas en España es algo voluntario, pero allí es algo establecido, como los empleados en el sector servicio se considera que no están bien pagados, se les complementa con las propinas que suele ser entre el 15 y el 20% de la factura. Mi consejo es que miréis en google el tema de las propinas para ver como está ahora, porque va cambiando.
El hotel era muy bonito, aunque clásico, era de la época de los Kennedy por lo menos. Tenía óleos preciosos decorando las paredes, tenía hasta un piano de cola en una de las estancias. Los clientes podíamos tocarlo sin problemas, además sonaba muy bien. Mi hija Andrea tocaba alguna canción de vez en cuando, pero dejó de hacerlo el día que comenzó a tener público... se comenzó a sentar la gente en los sofás de la entrada al oírla.
Una vez en el hotel, deshicimos las maletas y nos marchamos a ver Washington de noche, pues estaba atardeciendo y ya cenamos por ahí.
El hotel era muy bonito, aunque clásico, era de la época de los Kennedy por lo menos. Tenía óleos preciosos decorando las paredes, tenía hasta un piano de cola en una de las estancias. Los clientes podíamos tocarlo sin problemas, además sonaba muy bien. Mi hija Andrea tocaba alguna canción de vez en cuando, pero dejó de hacerlo el día que comenzó a tener público... se comenzó a sentar la gente en los sofás de la entrada al oírla.
Una vez en el hotel, deshicimos las maletas y nos marchamos a ver Washington de noche, pues estaba atardeciendo y ya cenamos por ahí.
El Jet Lage, no nos afectó demasiado, aunque yo me desperté antes de tiempo y lo primero que hice fue asomarme a la terraza a ver las vistas, se veía el río Potomac, que divide los estados de Maryland y Virginia. Y al fondo a la derecha se ve a lo lejos el famoso "Pentágono", la sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Es impresionante viéndolo con el zoom de la cámara...
Todos despiertos y a eso de las 7 de la mañana más o menos -hay que aprovechar el día- nos bajamos a desayunar al Starbuck del hotel y nos pusimos en marcha.
Fuimos a recorrer el National Mall , a pocos metros del hotel, es sin duda el lugar más famoso de la capital de Estados Unidos y donde se encuentran situados la mayoría de los principales monumentos de la ciudad. Es una explanada de más de 3 km de largo. En este lugar han sucedido acontecimientos muy importantes como el discurso de Martin Luther King, las protestas contra la guerra de Vietnam y los fuegos artificiales del 4 de Julio.
Lo primero que hicimos fue ir al Castillo Smithsonian, que es el centro de información de todos los Museos Smithsonian, el edificio está hecho en piedra arenisca roja y mezcla románico tardío del s. XII y gótico.
En la parte este del National Mall encontramos el edificio más emblemático de Washington, el Capitolio. Se ve desde muchos puntos de la ciudad.
Es el edificio que acoge las dos cámaras de los Estados Unidos, el Senado y la Cámara de los Representantes, y por tanto el que alberga el poder del país más poderoso del mundo.
Desde el Capitolio si miras hacia el lado opuesto, se ve el Obelisco que se dedicó a la memoria de George Washington, primer presidente de los Estados Unidos. Es una estructura de mármol de 170 m de alto, fue la estructura más alta del mundo hasta la construcción de la torre Eiffel.
Otro edificio conmemorativo y que también se encuentra en el National Mall es el Memorial Lincoln, es un templo griego de estilo dórico que alberga la escultura de Abraham Lincoln y donde Luther King pronunció el famoso discurso "Yo tengo un sueño". Se hizo para honrar su memoria. Es un edificio que sale en muchísimas películas como "Forest Gump".
Seguimos paseando por el National Mall y nos íbamos parando en los Museos Smithsonian más emblemáticos, como el de Ciencias Naturales o el Museo del Aire y el Espacio, muy interesante sobre todo para los curiosos, puedes tocar piedras de la luna, ver el Apolo, 11, 12 y 13, puedes ver los trajes que llevaban los astronautas, las cámaras fotográficas que utilizaban etc. También puedes ver el primer avión que cruzó el Atlántico. Me pareció un Museo muy interesante.
Otro monumento que recibe muchas visitas al día es el Monumento a los veteranos del Vietnam, ( la guerra que duró desde el 1964 a 1975) fue muy importante para ellos, ya que marcó su historia. Ha sido la única derrota militar a lo largo de su historia, cuando en 1975 los norteamericanos abandonaron Saigón fue un antes y un después. Los Norteamericanos apoyaron a Vietnam del Sur frente a Vietnam del Norte, apoyado por los comunistas. El monumento son dos planchas negras de granito colocadas en ángulo recto de 75 m de largo por 3 de alto, la verdad es que impresiona muchísimo, ahí están escritos todos los nombres de las víctimas norteamericanas de la guerra. Si hubieran incluido a las víctimas Vietnamitas el muro sería de kilómetro y medio. En Vietnam sin embargo el monumento conmemorativo incluye a todas las víctimas, británicos, americanos, surcoreanos, norcoreanos y taiwaneses.
Otra visita imprescindible en Washington es visitar el Cementerio de Arlington, fuimos andando, aunque hay una tiradita, al volver ya cogimos el metro. Fuimos desde el monumento de Lincoln, cruzando el puente. Está al otro lado del río Potomac.
Es un cementerio militar, se encuentra cerca de "El Pentágono" y cerca del río Potomac.
Veteranos de todas las guerras están enterrados en este cementerio desde la guerra de Independencia de los Estados Unidos hasta las acciones militares en Afganistán e Irak.
Allí están enterrados muchos presidentes, el más conocido es J.F. Kennedy, también hay personajes famosos y astronautas.
Otra visita imprescindible en el cementerio de Arlington es la tumba al soldado desconocido, situado en lo alto de una colina que mira hacia Washington.
Las tumbas que reciben más visitas son las de J.F. Kennedy y Jacqueline y la tumba del soldado desconocido.
A grandes rasgos estas visitas son las principales que podéis hacer en Washington D.C.
Me quedo con ganas de ilustrar con más fotos estás páginas, pero entonces no habría casi texto y os saturaría con demasiadas fotos, que es lo que en realidad me gusta...
Para volver del Cementerio de Arlington al centro de Washington D.C. podéis coger el metro, nosotros vinimos andando y volvimos en metro, para coger el billete en la máquinas, leed bien las instrucciones, es diferente a la forma de cogerlo aquí, allí dependiendo a la estación que vayas es distinto el precio.
En Washington se pueden hacer muchas cosas más, por dar ideas, se puede conocer el recoleto barrio de Georgetown, en el que vivieron los Kennedy antes de trasladarse a la casa blanca y donde vivió el hoy Rey de España Felipe VI , que estudió en la Universidad del mismo nombre, la Universidad de Georgetown, es la universidad católica más antigua de los Estados Unidos.
Para conocer bien una ciudad lo mejor es callejear, además de ver los lugares más destacados.
Al día siguiente según nos levantamos, nos pusimos en marcha para visitar Filadelfia y pasar allí el día, desde Washington a Philadelphia se tardan como dos horas y media aprox. hay unos 229 km, las carreteras son muy amplias, y hay buenas indicaciones. Si vas por la autopista 95, no pagas peaje.
Entrando a Philadelphia, nos impresionó bastante, pues había una zona donde había casitas con un porche de madera como en las películas, se veían con solera, unos muy bien conservados y otros ya bastante deteriorados.
Pero a medida que nos adentrábamos en el centro, ya comenzamos a ver lo que buscábamos, las imágenes que ilustran tantas películas, grandes rascacielos con el "One Liberty Place" al frente con ese tejado tan singular, una estampa de película.
Una vez que llegamos al centro histórico fuimos directamente al Centro de Visitantes, es donde te informan de todas las visitas que puedes hacer por allí, museos, lugares históricos, etc. y te facilitan los planos de la ciudad.
Sus ciudadanos fueron muy amables, pues en varias ocasiones les preguntamos y siempre nos respondían con una sonrisa y muy amables nos resolvían las dudas, una de las veces preguntamos a una mujer uniformada, que debía ser guarda jurado o algo así, dónde podíamos aparcar el coche, y nos dijo si podía subir, se vino con nosotros y nos llevó hasta un lugar donde se podía dejar.
Sus ciudadanos fueron muy amables, pues en varias ocasiones les preguntamos y siempre nos respondían con una sonrisa y muy amables nos resolvían las dudas, una de las veces preguntamos a una mujer uniformada, que debía ser guarda jurado o algo así, dónde podíamos aparcar el coche, y nos dijo si podía subir, se vino con nosotros y nos llevó hasta un lugar donde se podía dejar.
Philadelphia o Philly como le llaman cariñosamente sus ciudadanos, es un importante centro cultural, histórico y artístico en los Estados Unidos, fue durante algún tiempo la capital, hasta que le cedió el puesto a Washington. Sin embargo sigue ocupando un lugar destacado en el estado de Pensilvania. Es una de las ciudades más antiguas del país, allí se firmó la Declaración de Independencia el 4 de Julio de 1776.

Hay guías en estos edificios históricos, que cogen grupos y les van explicando la historia de este lugar, nosotros nos unimos a uno de los grupos y la verdad mereció la pena, aunque depende del nivel de inglés, te enteras más o menos...
Dentro de este edificio se encuentran varias salas y una de ellas es donde se firmó la declaración de independencia de los
Estados unidos. La sala está tal cual estaba en esa época, lo sabemos porque hay un cuadro que refleja el día en que se firmó y lo tienen expuesto en la sala, y está tal cual estaba, con los mismos muebles y decorados.
Pasamos por otras muchas salas y de allí nos marchamos a otro lugar muy emblemático que es el lugar donde se encuentra la Campana de la Libertad. Esta campana es uno de los grandes símbolos de la independencia, la abolición de la esclavitud, el carácter de la nación y la libertad de los Estados Unidos, y ha sido usada como un icono internacional de libertad.
Con su toque más famoso, el 8 de julio de 1776 convocó a los ciudadanos de Filadelfia para la lectura de la Declaración de Independencia.
Con la información que nos habían dado en el Centro de Visitantes, nos fuimos a ver la parte antigua de la ciudad, y vimos lugares curiosos como la Casa de Betsy Ross, que fue una mujer estadounidense a quien se le atribuye popularmente el diseño de la bandera de Estados Unidos, en la que tanto las trece bandas blancas y rojas, como las trece estrellas blancas, representan las Trece Colonias.
Luego nos fuimos a Market Reading a comer el típico bocadillo Philly Cheesesteak, que es un bocadillo hecho a base de carne en tiras que van picando con una paleta, luego le añaden unos aderezos especiales y le añaden queso. Es muy famoso en Philadelphia y es curioso ver como lo preparan.
El mercado Reading Terminal Market es un mercado muy animado que no puedes perderte si viajas a Philadelphia, además de que es un lugar ideal para comprar productos frescos, desayunar o comer. Muchos de los puestos del mercado los llevan amish, y aquí venden también sus productos, todos naturales.
De ahí nos fuimos a ver "The Museum of Arts", es de los lugares más turísticos de Philadelphia, gracias a "Rocky Balboa", personaje de ficción interpretado por Sylveter Stallone, era el lugar donde entrenaba el boxeador, subía y bajaba corriendo las gradas del Museo de Arte de Filadelfia, mientras en el film sonaba la banda sonora de Bill Conti, "Gonna Fly Now". Allí los turistas suben y bajan las escaleras imitando a Rocky y tarareando la famosa canción, mientras otra persona les graba. Al lado hay una escultura del personaje Rocky Balboa donde la gente no para de fotografiarse.
Dimos por finalizado nuestro día en Philadelphia, muy bien aprovechado por cierto. Además estando en el Museo de Arte, comenzó una auténtica tormenta de verano... Subimos al coche y a Washington a dormir, que al día siguiente nos pondríamos en marcha, camino de Canadá.
Si fuéramos directamente y de un tirón sería como de Madrid a Cádiz, pero como lo que pretendemos es disfrutar y no darnos una paliza, teníamos pensado salir tempranito y parar primero a desayunar y estar unas horitas viendo nuevos lugares y luego a comer y así hacer algo que me hacía mucha ilusión, que era ver como vivían los Amish.
Nuestra primera parada fue Gettysburg (Pensilvania), escenario de la guerra de Secesión, allí se desarrolló una de las batallas de la guerra Civil estadounidense. Este hecho bélico marcó un punto de inflexión de la Guerra de Secesión de Estados Unidos, fue la batalla con más bajas en Estados Unidos.
En esta foto se muestra el campo donde se desarrolló la batalla y ahora está sembrado de tumbas de aquellos soldados y un cañón de la época.
Es una pequeña ciudad, o un pueblo grande, ellos lo llaman Borough, que es como aquí un Municipio. Es muy curioso, todas las casitas son de ladrillo rojo, y tienen banderas de los Estados Unidos por todos lados, en las fachadas, las ventanas, etc.
En Guettisburg desayunamos y después de pasearnos por sus calles seguimos nuestra ruta hasta Lancaster, teníamos ganas de ver a los Amish .

Después fuimos al Centro de Visitantes a recoger planos del lugar, y saber como movernos por allí porque queríamos ir a ver las granjas de los Amish. Dicho y hecho, fuimos a verlas y son muy curiosas, tienen sus graneros, sus carros aparcados en la puerta, parecía que estábamos viendo la Casa de la Pradera. Ser amish no es sólo una manera de creer en Dios, es una forma de vida. Para un amish no existe la tecnología, la comida basura, la ropa de marca o las redes sociales. Simplemente porque sus hábitos y costumbres no han variado en absoluto desde el Siglo XVII cuando llegaron a América. Y es que para ellos la única manera de conservar su identidad es seguir la tradición y no sujetarse a lo que traen los nuevos tiempos.
La presencia de distintas comunidades amish en Estados Unidos es un contrapunto surrealista al mundo moderno. La del Condado de Lancaster, en Pennsylvania, es una de las mayores del país.
Luego fuimos al mercado de los Amish, donde vendían las cosas que ellos mismos cultivaban. Viven de la agricultura, venden sus quesos, su leche y sus verduras.
Paramos en el mercado y tomamos un tentempié, pues hay puestos donde se puede comer, además muy sano, con productos frescos, recién recogidos del campo.
Luego Paramos a comer por allí, en el Condado de Lancaster, una cosa curiosa es que nos encontramos pianos por todos los lados, uno en el Parking, otro en mitad de la calle, a cada paso un piano, y de lo más variado, uno rosa, otro azul... no entendíamos nada, debía ser algo de reclamo para publicidad o algo parecido.
Después de comer seguimos nuestra ruta hacia Niagara Falls, el camino fue espectacular, mucho verde y con mucho agua, vinimos bordeando un río muy largo. Pasamos del estado de Pensilvania al Estado de Nueva York. Hasta ahora hemos visitado varios estados como Maryland, Virginia, Pensilvania, Nueva York y en un futuro... Massachusetts.
Es increíble lo patriotas que son, se sienten muy orgullosos, lo demuestran a cada paso. Ya sabía que eran así pero hasta que no lo ves no te das cuenta hasta donde pueden llegar... Nos encontramos por el camino varias muestras de ello, de repente en mitad del campo una casa con el tejado hecho con la bandera de Estados Unidos, al rato ves un globo volando confeccionado entero con la bandera. Tanto en las ciudades como en los pueblos tienen banderitas por todos lados, en las ventanas, en los balcones, decorando las puertas, es algo que llama mucho la atención. Igualmente en los coches y en las motos, todo son detalles donde pueden mostrar su orgullo de pertenecer a este país.
Bueno, por fin llegamos a "The Rainbow Bridge" El puente del Arco Iris, es el puente que separa la frontera entre EEUU y Canadá, se puede pasar en coche, caminando o en bicicleta, siempre y cuando vayas provisto de la documentación necesaria, en este caso el pasaporte.
Bueno, por fin llegamos a "The Rainbow Bridge" El puente del Arco Iris, es el puente que separa la frontera entre EEUU y Canadá, se puede pasar en coche, caminando o en bicicleta, siempre y cuando vayas provisto de la documentación necesaria, en este caso el pasaporte.
Como sabéis las Cataratas del Niágara se encuentran localizadas entre las fronteras de Canadá y Estados Unidos y constituyen uno de los espectáculos naturales más bellos del mundo. Tienen una anchura de 1000 metros y 64 m de caída. Buscando información sobre las Cataratas vimos que recomendaban verlas desde el lado canadiense, pues eran mucho más espectaculares, por eso pasamos al otro lado.
Llegamos a Niagara Falls (Ontario) y fuimos directamente al hotel, lo del navegador es una maravilla, metes la dirección y en un momento te lleva a la puerta, teníamos ganas de verlo, pues no era como los demás, ya el nombre era diferente, era un motel, como en las pelis, nos daba un poco de cosa que no estuviera bien, pero nada más lejos de la realidad, era muy bonito y limpio. Dejamos las cosas y el coche y nos fuimos andando hacia el centro, con ganas de ver las Cataratas de noche, que nos dijeron eran muy bonitas porque les ponían luces.
Nos sorprendimos bastante, pues aquello es muy turístico, parecía "Las Vegas", luces, espectáculos y casinos son también parte de uno de los atractivos naturales más asombrosos.
Nos sorprendimos bastante, pues aquello es muy turístico, parecía "Las Vegas", luces, espectáculos y casinos son también parte de uno de los atractivos naturales más asombrosos.
Niagara Falls ofrece esta curiosa mezcla, que la convierte en un destino atípico dentro de Canadá. Allí se sienten muy orgullosos de sus Cataratas, ya que no sólo son un atractivo turístico, sino que son un motivo de verdadero "Orgullo Canadiense". Esta ciudad situada a orillas de las cataratas con sus luces, casinos, parques de atracciones etc llega a abrumar a los amantes más puristas de la naturaleza.
Las Cataratas impresionantes, cambiaban de color por el juego de luces que tenían. Una preciosidad.
Fue fácil buscar un lugar para cenar, estaba lleno de restaurantes por todos lados, cenamos en El Boston Pizza, por fin pudimos tomar además de la pasta una ensalada de las ricas...
Y después de tantas emociones nos marchamos al hotel a descansar, que ese día si que fue completito.
Al día siguiente después de desayunar en el motel, el señor de la recepción, que supimos que era el dueño, ya que era un negocio familiar, muy amable nos dio información sobre todos los sitios que podíamos visitar y los pueblecitos cercanos para ver.
Lo primero y más importante fue ir a ver las cataratas de día. Si de noche nos impresionaron, de día fue un espectáculo.
El acceso al parque de las Cataratas del Niágara es gratis, por lo que puedes verlas desde distintos miradores que se extienden por la orilla del río y pasear por el parque.
También alrededor de estas cataratas, se ofrecen diversas atracciones cada una de las cuales tiene sus respectivos precios.
Nosotros cogimos pases para un barco que te llevaba desde la orilla hasta el interior de las cataratas, algo impresionante, indescriptible, el agua caía con tanta fuerza que hacía un ruido increíble. Nos empapamos a pesar de los impermeables que te facilitaban antes de subir.
Ese barquito que se ve (arriba)despegando de la orilla, es el que te lleva hasta las cataratas, a medida que te vas acercando la impresión es mayor. Un consejo, llevad todo con fundas, cámaras de video, de fotos y demás enseres, lo digo porque es tal la cantidad de agua que cae que llega hasta los lugares más recónditos. Nosotros ya íbamos avisados, los llevamos con sus fundas y además dos bolsas de plástico. Y luego los impermeables encima que te dan al sacar las entradas.
Después del paseo en barco por las cataratas, fuimos por un paseo que las rodea, es un camino muy bonito porque todo está rodeado de vegetación, con unas flores naturales espectaculares, esto es debido a la humedad, por eso hay tanta vegetación.
Luego estuvimos de tiendas, lo vi más caro que EEUU porque tienes que sumarle las tasas. Esto era muy curioso, porque en realidad no sabías lo que costaban las cosas hasta que no ibas a pagar, todo estaba marcado por un precio, pero luego a la hora de pagar te sumaban las tasas, que no siempre era lo mismo... pero esto pasaba con todo, desde una camiseta a productos de alimentación, un ejemplo que os pongo, mis hijas se tomaron un helado cada una, pregunto precio y me dicen, 1.50 dólares (canadienses) cada uno, pues piensas, total 3 dólares, pues no, te cobran 5 y pico. Y dices pero serán 3, porque son dos, pues no porque te cobran las tasas, que es un porcentaje que le suman, que no siempre es el mismo. Y la ropa lo mismo marca una cosa, pero al ir a pagar te suman la tasa, que solo ellos saben cual es, así que no puedes calcular.
Luego nos fuimos a comer a un italiano, el Mamma mía´s, comimos muy bien, aquí también hay que dejar la propina "forzosa" como en EEUU. Una cosa curiosa para que lo sepáis es que la comida es más económica que la cena, tanto en Estados Unidos como en Canadá, al contrario que aquí en España. Ya nos lo habían dicho antes de ir.
Después de comer nos fuimos al hotel a descansar y por la tarde nos fuimos a un pueblecito precioso que se llama "Niagara-on-the-lake", precioso. es un pueblecito, de casas victorianas, ubicado a orillas del lago Ontario. Es una preciosidad, puedes pasear por sus calles, parece un decorado de película, los escaparates puestos con un gusto exquisito, los restaurantes con vajillas de época, parecía estar montado todo para una película.
Nos comentaron que era un lugar de veraneo de gente de alto nivel, para que os hagáis una idea, los restaurantes tenían vajillas de porcelana inglesa y cubiertos de plata. Nosotros no lo quisimos comprobar...
Había escaparates de tiendas decoradas con un gusto exquisito, una de las tiendas que más me gustó fue una tienda de navidad, a pesar de que era verano... tenían cositas de capricho.
También es un lugar de famosos vinos, pues es tierra de viñedos. Sus vinos son conocidos mundialmente.
Pasamos allí la tarde, de allí volvimos a Niagara Falls y
llegamos de vuelta justo para cenar, pero ninguno teníamos hambre y nos tomamos un helado, luego estuvimos en las atracciones y nos subimos en la noria, donde había unas vistas de las cataratas muy bonitas.
De allí nos fuimos al hotel, nos levantamos, hicimos las maletas y a desayunar, metimos las maletas en el coche y no despedimos del dueño del hotel, fue muy amable con nosotros.
Antes de poner rumbo hacia Boston, volvimos otra vez al pueblecito que tanto nos gusto para volver a verlo y hacer un paradita en el Lago de Ontario, desde allí se ve Toronto, al otro lado del Lago y las puestas de Sol desde allí son espectaculares.
De ahí cogimos la carretera con dirección hacia Búfalo (EEUU) aquí tuvimos una odisea, nos quedamos sin GPS , nos perdimos, al final acabamos parando en una gasolinera y preguntamos a un tipo con una Harley Davidson y nos llevó hacia la salida que buscábamos porque llevábamos dando vueltas al mismo sitio un buen rato, sin encontrar la salida. Le seguimos por la carretera hasta la frontera, donde tuvimos otra odisea al enseñar los pasaportes. Nos retuvieron un buen rato, hasta confirmar que todo estaba bien, pidiéndonos disculpas por la espera.
El camino de Búfalo a Boston es precioso, todo muy verde, muchísimos lagos, sobre todo cerca de los Finger Lakes, había unos pueblecitos por los que pasamos lindísimos.
Llegamos a Boston por la noche, la entrada me impresionó, todo lucecitas con edificios muy altos, fue algo que se me quedó grabado en la retina. Llegamos al hotel, que ganas de pillar la cama... era muy cómodo, todos los hoteles superaron nuestras expectativas.
Antes de salir de España, el mayor temor que teníamos era que al llegar a los lugares que teníamos reservados, hubiera algún problema, por suerte todo salió de maravilla y como digo mejor de lo que pensábamos. Este hotel de Boston, era el único que no estaba en el mismo centro, estaba a cuatro estaciones de metro, pero la ventaja era que el metro estaba al lado. El coche lo dejamos allí en el parking del hotel y para movermos cogíamos el metro. La pena era que no pudimos disfrutar de las comodidades de los hoteles ya que salíamos por la mañana temprano después de desayunar en el hotel y no volvíamos hasta por la noche.
Si Boston nos impresionó al llegar por la noche con sus luces, sus altos edificios, no menos espectacular era de día, su impresionante Lago.
Lo primero que hicimos fue ir a buscar el Centro de Visitantes, que estaba en un lugar tan céntrico como el Common, que es el parque central de Boston, es uno de los parques urbanos más antiguos de los Estados Unidos, se construyó en 1634. Es muy agradable, está lleno de ardillas y otros animalitos, ves algunas cosas que llaman la atención, porque aquí en España no es tan común, como por ejemplo los paseadores de perros, puedes ver a paseadores de perros hasta con seis o siete perros con sus correas.
Luego fuimos a hacer el recorrido por el "The Freedom trail Boston" (Camino de la Libertad) que es un recorrido por el centro de la ciudad que pasa por 16 lugares históricos. Es una colección única de museos, iglesias, casas de reunión, cementerios, parques y hasta un barco donde encontramos carteles informativos que cuentan la historia completa de la "Revolución Americana". Tienes que ir siguiendo una línea roja que hay en el suelo.
Se parte del Parque que os describí anteriormente, el Common que es el parque Público de Boston.
Luego le sigue el lugar más emblemático, que está al comienzo del parque, el "Massachusetts State House" que es la sede del gobierno del Estado de Massachusetts. La cubierta de su cúpula está realizada en cobre y recubierta por láminas de oro de 23 quilates, que la hacen brillar al sol. Este edificio sirvió de inspiración para el Capitolio de Washington. Indica el km cero del Estado de Massachusetts.
Después de hacernos todo el recorrido, nos fuimos a conocer el "Quincy Market" , que es un mercado con mucho ambiente, tiene dos secciones, la de alimentos y la de shopping. Hay muchas opciones para comer, hay comida internacional a precios módicos con zonas de mesitas para sentarte.
A la hora de comer cogimos el metro y nos fuimos hasta Cambridge, donde se encuentra la Universidad de Harvad. Para llegar desde el centro de Boston lo más sencillo es coger la línea roja de metro en dirección Alewife y bajarnos en Harvard. Al llegar como era hora de comer preguntamos por allí y nos recomendaron un sitio del que dicen no te puedes ir sin visitarlo el "John Harvad´s" la verdad es que se comió muy bien.
Salimos de allí y fuimos a visitar el Campus, teníamos ganas de conocer la famosa Universidad que conocimos a través de la película "Una mente maravillosa" y ver el Campus donde se encuentra. Es la Universidad más antigua de Estados Unidos, y una de las Universidades más prestigiosas del mundo.
Lo primero que te encuentras cuando accedes por una de las entradas es el "Old Yard" , un jardín rodeado de preciosos edificios, y al fondo un edificio blanco University Hall, y la famosa estatua de John Harvard, fundador de la Universidad.
Hay dos leyendas sobre John Harvard, una es que cuentan que él no posó para la escultura, pues ya estaba muerto y como en aquella época no había fotografías, se tomó como base la cara de un estudiante como inspiración. Y otra leyenda cuenta que si tocas el pie izquierdo de John Harvard te dará suerte en los estudios. Por eso no fue difícil encontrar la estatua, pues solo tuvimos que buscar en la explanada donde había más gente arremolinada, haciéndose fotografías.
El resto de edificios de Old Yard son Residencias Mayores, donde se alojan los estudiantes del primer año.
Después fuimos al río para ver como navegaban los estudiantes en canoa, era muy chulo.
A media tarde nos marchamos a coger el metro e ir hacia el hotel a recoger el coche porque queríamos ir a Salem (Massachusetts) me acordé de la película "Las brujas de Salem", un pueblo muy pintoresco y con unas casitas preciosas. Se encuentra solo a 25 km de Boston.
A Salem le otorgaron la condición de Patrimonio histórico Nacional. También se la conoce con el nombre de "La ciudad de las brujas" por unos juicios de brujería que tuvieron lugar allí en Salem.
Los juicios de brujería era algo muy usual en las colonias británicas en esa época, no es que fuese un hecho aislado.
La ciudad de Salem como he dicho es muy bonita, esta ciudad concentra gran parte de los lugares históricos de Massachusetts, además de museos y actividades culturales. Uno de los museos es el que os muestro en la foto y hay una escultura de una bruja con su escoba al lado del museo (se ve a la izquierda de la foto).
La ciudad debe su crecimiento a su estratégico puerto, el que adquirió importante influencia durante el apogeo del tráfico comercial con África, India, Rusia, Sumatra y China; en el siglo XVIII y comienzos del XIX. Es una ciudad muy bonita bañada toda su costa por el atlántico.
Bajamos al puerto a cenar pero hacía tanto frío (Costa Atlántica) que se necesitaba sudadera y la única que llevaba era Andrea, por lo que decidimos ir a cenar a Boston.
Tomamos una ensalada y un helado en el hotel y a la cama.
Nos levantamos tempranito, desayunamos y preparamos las maletas para partir hacia New York City!! queríamos ir por Cape Cod, nos dijeron que los paisajes eran espectaculares, y así fue, fuimos por la costa y había unas vistas estupendas. Todo muy verde pero no llegamos a entrar porque nuestro objetivo no era visitarlo, era ver esa zona costera, pero había tanto trafico que no llegamos hasta el final, es una zona muy turística, es el lugar de veraneo de los que viven en Boston.
Por fin llegamos al JFK, aún nos quedaba una semanita por delante para disfrutar en New York pero para que no se haga tan pesado y tan largo, lo contaré en el próximo blog!
Las Cataratas impresionantes, cambiaban de color por el juego de luces que tenían. Una preciosidad.
Fue fácil buscar un lugar para cenar, estaba lleno de restaurantes por todos lados, cenamos en El Boston Pizza, por fin pudimos tomar además de la pasta una ensalada de las ricas...
Y después de tantas emociones nos marchamos al hotel a descansar, que ese día si que fue completito.
Al día siguiente después de desayunar en el motel, el señor de la recepción, que supimos que era el dueño, ya que era un negocio familiar, muy amable nos dio información sobre todos los sitios que podíamos visitar y los pueblecitos cercanos para ver.
Lo primero y más importante fue ir a ver las cataratas de día. Si de noche nos impresionaron, de día fue un espectáculo.
El acceso al parque de las Cataratas del Niágara es gratis, por lo que puedes verlas desde distintos miradores que se extienden por la orilla del río y pasear por el parque.
También alrededor de estas cataratas, se ofrecen diversas atracciones cada una de las cuales tiene sus respectivos precios.
Nosotros cogimos pases para un barco que te llevaba desde la orilla hasta el interior de las cataratas, algo impresionante, indescriptible, el agua caía con tanta fuerza que hacía un ruido increíble. Nos empapamos a pesar de los impermeables que te facilitaban antes de subir.
Ese barquito que se ve (arriba)despegando de la orilla, es el que te lleva hasta las cataratas, a medida que te vas acercando la impresión es mayor. Un consejo, llevad todo con fundas, cámaras de video, de fotos y demás enseres, lo digo porque es tal la cantidad de agua que cae que llega hasta los lugares más recónditos. Nosotros ya íbamos avisados, los llevamos con sus fundas y además dos bolsas de plástico. Y luego los impermeables encima que te dan al sacar las entradas.
La verdad es que nos reímos mucho, porque cuando te vas acercando da un poco de miedo, empiezas a pensar que no saldrás vivo de ahí...
Si por la noche nos impresionaron por el día te deja sin palabras, las mires desde donde las mires. Después del paseo en barco por las cataratas, fuimos por un paseo que las rodea, es un camino muy bonito porque todo está rodeado de vegetación, con unas flores naturales espectaculares, esto es debido a la humedad, por eso hay tanta vegetación.
Luego estuvimos de tiendas, lo vi más caro que EEUU porque tienes que sumarle las tasas. Esto era muy curioso, porque en realidad no sabías lo que costaban las cosas hasta que no ibas a pagar, todo estaba marcado por un precio, pero luego a la hora de pagar te sumaban las tasas, que no siempre era lo mismo... pero esto pasaba con todo, desde una camiseta a productos de alimentación, un ejemplo que os pongo, mis hijas se tomaron un helado cada una, pregunto precio y me dicen, 1.50 dólares (canadienses) cada uno, pues piensas, total 3 dólares, pues no, te cobran 5 y pico. Y dices pero serán 3, porque son dos, pues no porque te cobran las tasas, que es un porcentaje que le suman, que no siempre es el mismo. Y la ropa lo mismo marca una cosa, pero al ir a pagar te suman la tasa, que solo ellos saben cual es, así que no puedes calcular.
Luego nos fuimos a comer a un italiano, el Mamma mía´s, comimos muy bien, aquí también hay que dejar la propina "forzosa" como en EEUU. Una cosa curiosa para que lo sepáis es que la comida es más económica que la cena, tanto en Estados Unidos como en Canadá, al contrario que aquí en España. Ya nos lo habían dicho antes de ir.

Nos comentaron que era un lugar de veraneo de gente de alto nivel, para que os hagáis una idea, los restaurantes tenían vajillas de porcelana inglesa y cubiertos de plata. Nosotros no lo quisimos comprobar...
Había escaparates de tiendas decoradas con un gusto exquisito, una de las tiendas que más me gustó fue una tienda de navidad, a pesar de que era verano... tenían cositas de capricho.
También es un lugar de famosos vinos, pues es tierra de viñedos. Sus vinos son conocidos mundialmente.
Pasamos allí la tarde, de allí volvimos a Niagara Falls y
llegamos de vuelta justo para cenar, pero ninguno teníamos hambre y nos tomamos un helado, luego estuvimos en las atracciones y nos subimos en la noria, donde había unas vistas de las cataratas muy bonitas.
De allí nos fuimos al hotel, nos levantamos, hicimos las maletas y a desayunar, metimos las maletas en el coche y no despedimos del dueño del hotel, fue muy amable con nosotros.
Antes de poner rumbo hacia Boston, volvimos otra vez al pueblecito que tanto nos gusto para volver a verlo y hacer un paradita en el Lago de Ontario, desde allí se ve Toronto, al otro lado del Lago y las puestas de Sol desde allí son espectaculares.
De ahí cogimos la carretera con dirección hacia Búfalo (EEUU) aquí tuvimos una odisea, nos quedamos sin GPS , nos perdimos, al final acabamos parando en una gasolinera y preguntamos a un tipo con una Harley Davidson y nos llevó hacia la salida que buscábamos porque llevábamos dando vueltas al mismo sitio un buen rato, sin encontrar la salida. Le seguimos por la carretera hasta la frontera, donde tuvimos otra odisea al enseñar los pasaportes. Nos retuvieron un buen rato, hasta confirmar que todo estaba bien, pidiéndonos disculpas por la espera.
El camino de Búfalo a Boston es precioso, todo muy verde, muchísimos lagos, sobre todo cerca de los Finger Lakes, había unos pueblecitos por los que pasamos lindísimos.
Llegamos a Boston por la noche, la entrada me impresionó, todo lucecitas con edificios muy altos, fue algo que se me quedó grabado en la retina. Llegamos al hotel, que ganas de pillar la cama... era muy cómodo, todos los hoteles superaron nuestras expectativas.
Antes de salir de España, el mayor temor que teníamos era que al llegar a los lugares que teníamos reservados, hubiera algún problema, por suerte todo salió de maravilla y como digo mejor de lo que pensábamos. Este hotel de Boston, era el único que no estaba en el mismo centro, estaba a cuatro estaciones de metro, pero la ventaja era que el metro estaba al lado. El coche lo dejamos allí en el parking del hotel y para movermos cogíamos el metro. La pena era que no pudimos disfrutar de las comodidades de los hoteles ya que salíamos por la mañana temprano después de desayunar en el hotel y no volvíamos hasta por la noche.
Si Boston nos impresionó al llegar por la noche con sus luces, sus altos edificios, no menos espectacular era de día, su impresionante Lago.
Lo primero que hicimos fue ir a buscar el Centro de Visitantes, que estaba en un lugar tan céntrico como el Common, que es el parque central de Boston, es uno de los parques urbanos más antiguos de los Estados Unidos, se construyó en 1634. Es muy agradable, está lleno de ardillas y otros animalitos, ves algunas cosas que llaman la atención, porque aquí en España no es tan común, como por ejemplo los paseadores de perros, puedes ver a paseadores de perros hasta con seis o siete perros con sus correas.
Luego fuimos a hacer el recorrido por el "The Freedom trail Boston" (Camino de la Libertad) que es un recorrido por el centro de la ciudad que pasa por 16 lugares históricos. Es una colección única de museos, iglesias, casas de reunión, cementerios, parques y hasta un barco donde encontramos carteles informativos que cuentan la historia completa de la "Revolución Americana". Tienes que ir siguiendo una línea roja que hay en el suelo.
Se parte del Parque que os describí anteriormente, el Common que es el parque Público de Boston.
Luego le sigue el lugar más emblemático, que está al comienzo del parque, el "Massachusetts State House" que es la sede del gobierno del Estado de Massachusetts. La cubierta de su cúpula está realizada en cobre y recubierta por láminas de oro de 23 quilates, que la hacen brillar al sol. Este edificio sirvió de inspiración para el Capitolio de Washington. Indica el km cero del Estado de Massachusetts.
Después de hacernos todo el recorrido, nos fuimos a conocer el "Quincy Market" , que es un mercado con mucho ambiente, tiene dos secciones, la de alimentos y la de shopping. Hay muchas opciones para comer, hay comida internacional a precios módicos con zonas de mesitas para sentarte.
A la hora de comer cogimos el metro y nos fuimos hasta Cambridge, donde se encuentra la Universidad de Harvad. Para llegar desde el centro de Boston lo más sencillo es coger la línea roja de metro en dirección Alewife y bajarnos en Harvard. Al llegar como era hora de comer preguntamos por allí y nos recomendaron un sitio del que dicen no te puedes ir sin visitarlo el "John Harvad´s" la verdad es que se comió muy bien.
Salimos de allí y fuimos a visitar el Campus, teníamos ganas de conocer la famosa Universidad que conocimos a través de la película "Una mente maravillosa" y ver el Campus donde se encuentra. Es la Universidad más antigua de Estados Unidos, y una de las Universidades más prestigiosas del mundo.
Lo primero que te encuentras cuando accedes por una de las entradas es el "Old Yard" , un jardín rodeado de preciosos edificios, y al fondo un edificio blanco University Hall, y la famosa estatua de John Harvard, fundador de la Universidad.
Hay dos leyendas sobre John Harvard, una es que cuentan que él no posó para la escultura, pues ya estaba muerto y como en aquella época no había fotografías, se tomó como base la cara de un estudiante como inspiración. Y otra leyenda cuenta que si tocas el pie izquierdo de John Harvard te dará suerte en los estudios. Por eso no fue difícil encontrar la estatua, pues solo tuvimos que buscar en la explanada donde había más gente arremolinada, haciéndose fotografías.
El resto de edificios de Old Yard son Residencias Mayores, donde se alojan los estudiantes del primer año.
Después fuimos al río para ver como navegaban los estudiantes en canoa, era muy chulo.
A media tarde nos marchamos a coger el metro e ir hacia el hotel a recoger el coche porque queríamos ir a Salem (Massachusetts) me acordé de la película "Las brujas de Salem", un pueblo muy pintoresco y con unas casitas preciosas. Se encuentra solo a 25 km de Boston.
A Salem le otorgaron la condición de Patrimonio histórico Nacional. También se la conoce con el nombre de "La ciudad de las brujas" por unos juicios de brujería que tuvieron lugar allí en Salem.
Los juicios de brujería era algo muy usual en las colonias británicas en esa época, no es que fuese un hecho aislado.
La ciudad de Salem como he dicho es muy bonita, esta ciudad concentra gran parte de los lugares históricos de Massachusetts, además de museos y actividades culturales. Uno de los museos es el que os muestro en la foto y hay una escultura de una bruja con su escoba al lado del museo (se ve a la izquierda de la foto).
La ciudad debe su crecimiento a su estratégico puerto, el que adquirió importante influencia durante el apogeo del tráfico comercial con África, India, Rusia, Sumatra y China; en el siglo XVIII y comienzos del XIX. Es una ciudad muy bonita bañada toda su costa por el atlántico.
Bajamos al puerto a cenar pero hacía tanto frío (Costa Atlántica) que se necesitaba sudadera y la única que llevaba era Andrea, por lo que decidimos ir a cenar a Boston.
Tomamos una ensalada y un helado en el hotel y a la cama.
Nos levantamos tempranito, desayunamos y preparamos las maletas para partir hacia New York City!! queríamos ir por Cape Cod, nos dijeron que los paisajes eran espectaculares, y así fue, fuimos por la costa y había unas vistas estupendas. Todo muy verde pero no llegamos a entrar porque nuestro objetivo no era visitarlo, era ver esa zona costera, pero había tanto trafico que no llegamos hasta el final, es una zona muy turística, es el lugar de veraneo de los que viven en Boston.
Por fin llegamos al JFK, aún nos quedaba una semanita por delante para disfrutar en New York pero para que no se haga tan pesado y tan largo, lo contaré en el próximo blog!
Desde luego, que bien se podría presumir de haber estado en todos en estos sitios sin siquiera haberlos pisado; después de leer tus detallados y minuciosos relatos, Mamen. Fantástica exposición.
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